En el gobierno provincial creen que los acuerdos no sólo le alcanzarán para sacar adelante el Presupuesto 2022, sino también para la emergencia en seguridad y la ley tributaria. “No hay clima para que aquí se repita lo que pasó a nivel nacional”, dijo un experimentado legislador peronista que, además, cree que muchos de los que le rechazaron el Presupuesto a Alberto Fernández “hoy están arrepentidos; a Santa Fe le hizo un daño enorme ”, insistió.

Cómo sea, algo es seguro: no será gratis. El gobernador Omar Perotti soltará alguno de los pedidos para intendentes y jefes comunales de la oposición que exageran la nota con la supuesta "discriminación de partidas" más un pedido de los legisladores opositores que por convencimiento propio. Es más ni siquiera público hacen las quejas sino que los legisladores provinciales de Juntos por el Cambio y el Frente Progresista -que ya saben que no hay otro camino que terminar juntos- son los encargados de ejercer la presión.

El intendente de Rosario Pablo Javkin tiene mejores argumentos para negociar: El tope a los endeudamientos para los municipios grandes. Un punto que afecta sólo a Rosario y la ciudad capital que ya han echado mano a esa carta para limar viejos déficit y proyectar obras. En Rosario hay más de 2500 cuadras que esperan financiamiento a través de este mecanismo.

Pero los fondos para el sistema local de salud están asegurados en un contexto en el que queda claro que la pandemia está lejos de finalizar. Esas partidas nunca tuvieron límites legales acordes, son bastante discrecionales y depende de los acuerdos entre ambos gobiernos. Pero el contexto sanitario general expulsa la idea de cualquier recorte en la materia.

Este fin de año será un buen termómetro para medir cómo serán los próximos dos de final de mandato para Perotti. Es este escenario el que acercó posiciones con el peronismo rugoso del Senado santafesino y comenzó a hacer a andar la rueda de los acuerdos para presionar sobre diputados y diputadas. Además, el encogimiento electoral del Frente Progresista hace ver a los viejos mañosos de la Cámara alta que ese es un árbol que se ha exprimido al máximo y al que quedan unos pocos flacos frutos.

Que el gobernador no tenga reelección no quiere decir que no tenga nada para decir ni proyectar de cara al 2023 ni que no será integrante destacado de las mesas donde se decida el futuro del peronismo.