Cuando asumió el gobierno de la Alianza Cambiemos, las reservas del Banco Central estaban en 25.600 millones de dólares. Al finalizar el año 2017, las reservas habían crecido hasta alcanzar los 55.000 millones de dólares. Es decir que, en dos años y un mes de gestión, el gobierno logró que las reservas crecieran en casi 30.000 millones de dólares, más que duplicando la posición inicial. Si consideramos que a los pocos meses de asumir, el gobierno hizo un generoso pago a los fondos buitres, que insumió unos 10.000 millones de dólares, todo parecería indicar que estamos ante una gestión exitosa.

Pero las cosas no son tan simples como pueden pensarse a primera vista. Durante el año 2016, la cuenta financiera y cambiaria del sector público con el BCRA resultó en un superávit (del banco) de 29.500 millones de dólares. Esto significa que el sector público le aportó en forma neta esa cantidad de dólares al Banco Central. El origen de ese aporte es el endeudamiento (principalmente externo) en dólares del sector público (Estado Nacional, Provincias y Ciudad Autónoma de Buenos Aires), descontando el pago de vencimientos de deuda pública en dólares.

Durante el año 2017 pasó lo mismo, sólo que el aporte neto del sector público a las reservas del BCRA fue de  dólares 32.300 millones de dólares.

Sumando los dos años, vemos que el aporte de divisas del sector público a las reservas del Banco Central fue de 61.800 millones de dólares, aporte basado exclusivamente en endeudamiento público, principalmente externo del Estado Nacional.

Sin ese generoso aporte, ¿en qué nivel estarían las reservas?. A los 55.000 millones de dólares que había al final del 2017 le debemos restar estos 61.800 millones de dólares. Las reservas estarían en rojo: -6.800 millones de dólares. Es decir que, de los 25.600 millones de dólares que el gobierno le dejó en concepto de pesada herencia, no quedaría nada... quedaría menos que nada en realidad.

Claro que, bajo el escondite de un brutal endeudamiento externo, se puede esconder esta realidad y mostrar resultados “exitosos”. Un incremento de casi 30.000 millones de dólares en las reservas que en realidad oculta una caída cubierta con plata prestada que tendremos que devolver y pagar sus respectivos intereses.

Los neoliberales dicen que el Estado no debería intervenir en la economía. Eso dicen. Pero lo hacen intervenir. Bajo su gestión se han acuñado conceptos como “el Estado bobo”, “el Estado otario”, “el Estado opa”. En fin, el Estado siempre interviene, el tema es en favor de quiénes lo hace.