Cuando la moderación y la autocrítica no cotizan
Los que le otorgaron la jubilación anticipada a Mauricio Macri se equivocaron. Ernesto Sanz, Alfredo Cornejo y Martín Lousteau todavía tienen que lograr que Facundo Manes le gane la PASO a Diego Santilli en provincia de Buenos Aires para empezar a hablar. Y por su lado Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal tuvieron que ir a buscar al ex presidente después de los desaires. En Santa Fe, el precandidato a senador nacional Federico Angelini aún no lo necesita demasiado pero por las dudas ya recibió su apoyo explícito. Hasta el momento con el Jefe de Gobierno porteño y Patricia Bullrich por detrás en los afiches alcanzaba para contener los votos aquí. Las nuevas encuestas, y las posibles fugas por derecha hacen que -increíblemente- uno de los peores presidentes de la historia argentina siga vigente. Por supuesto, la reaparición de Macri en campaña aunque medida y regulada geográficamente, favorece de alguna manera al oficialismo al mantener la tensión que define a ambos sectores.
En Santa Fe el escenario nacional se reproduce en parte y el Frente Amplio Progresista tiene que recurrir a la agenda provincial para hacer oir su voz en medio de la campaña y tratar de conformar un escenario de tres, como sucede desde hace tiempo en los comicios santafesinos. Ahí coinciden con el PRO a la hora de poner en cuestión al gobierno peronista y a sus legisladores nacionales. La escasa gravitación santafesina en las decisiones en torno de la hidrovía, la caída en desgracia de los intereses provinciales en la nueva ley de biocombustibles a manos de los lobbies petroleros y hasta la suspensión de las exportaciones de carnes; forman el menú de opciones para diferenciarse.
A la seguridad, donde Juntos por el Cambio tuvo responsabilidades federales en Santa Fe y el socialismo aplazó en la materia con escándalo, la esquivan hasta donde pueden aunque no dejan de recordar las promesas de campaña de Omar Perotti. La gestión provincial trata de mostrar un camino en el espinoso tema, no siempre con resultados positivos. La balacera al Centro de Justicia Penal de Rosario el día previo a la audiencia que imputó a varios criminales con el jefe Guille Cantero a la cabeza, puso en tensión a las estrategias vigentes en Santa Fe. Al punto que uno de los fiscales contó cómo es ir un sábado a la noche a buscar una pizza con chaleco antibalas y una precandidata a concejal de Empalme Graneros enseña como hacer uno casero para protegerse de los tiros.
Claro que más allá de la anécdota los fiscales también se encargaron este fin de semana de recordar que hay que “buscar los nexos con la política” del crimen organizado más allá de las bravuconadas del propio jefe Mono en el tribunal. Matías Edery y Luis Schiappa Pietra no se olvidan que tienen citado para hoy al senador Armando Traferri en el mismo escenario vidriado de Mitre y Virasoro. Pero después del respaldo que obtuvo de parte de algunos senadores peronistas (los del bloque de Perotti votaron en contra) descuentan que el legislador sospechado no se presentará ante la justicia que lo requiere sin éxito desde que empezaron las investigaciones en la megacausa por juego clandestino que ya se llevó puestos a tres fiscales.
Muchos están viendo que un triunfo de Angelini en la poblada PASO de Juntos por el Cambio en Santa Fe, le convendría a varios. En principio al propio Angelini, pero también a los candidatos del Frente para la Victoria que queden en pie para la general de noviembre porque no se les escapará ni un solo sufragio antimacrista. Y también, hilando fino, al propio intendente de Rosario Pablo Javkin que al día siguiente de los resultados tendría mansitos detrás de él a los radicales derrotados en la PASO nacional. En el Frente de Todos los candidatos locales con mayores referencias kirchneristas como el delegado de Migraciones en Rosario, Matías Fernández también verían en alza sus acciones.
El periodista Diego Genoud recordó la frase del ex Jefe de Gabinete Marcos Peña cuando decía que en Argentina no podía nacer un Bolsonaro porque ya estaba el PRO. Los jóvenes que se arremolinan en los estridentes actos de Javier Milei y sus libertarios en Buenos Aires empiezan a preocupar a la derecha nacional. Ahí es donde entra Macri desde el “exilio” y empieza a recorrer medios y campañas de candidatos que recién empezaban a acostumbrarse a la moderación y la autocrítica.