Después de volver a llamar “mafiosos” a los abogados laboralistas, la justicia de ese fuero, los sindicatos y hasta los trabajadores; el presidente Mauricio Macri retó al gobernador Miguel Lifschitz porque Santa Fe “es la única provincia grande que no adhirió a la ley de las ART”. El jefe de Estado habló del “éxito” que tiene la nueva ley de Aseguradoras de Riesgo del Trabajo en otras provincias. No caben dudas, en Carcarañá se vivieron escenas de macrismo explícito este viernes que pasó cuando el presidente llegó a esa localidad santafesina para la reinaguración del frigorífico Mattievich.

También disfrutó mucho de una anécdota que le contó en privado el empresario y que Macri decidió hacer pública durante su discurso. “Acá me contaba José (Mattievich) la vez que le llevó una carpeta a Moreno (Guillermo, ex secretario de Comercio del gobierno de Cristina Kirchner). Me dijo que no le llevó el apunte y que tuvo que tomarse después una pastilla sublingual porque creía que le iba a dar un infarto”, se entusiasmó el presidente mirando directamente al empresario de la carne. Los que conocen a Mattievich desde hace muchos años dicen que la ex presidenta también lo llamaba José a secas y que él no parecía sentirse tan a disgusto con el gobierno anterior. Se sabe, la mayor parte de los empresarios argentinos siempre es oficialista, esté quien esté en el gobierno.

Pero más allá de las anécdotas y los retos a Lifschitz, en ese acto el presidente también ratificó el rumbo del gobierno “contra viento y marea”. Y no es descabellado comprender que ese viento y esa marea son los trabajadores, los sindicatos y todos los sectores que se oponen a un modelo que no los incluye y que sólo les propone esperar el derrame del crecimiento económico. Un proceso que, lo saben bien los argentinos, nunca llega.

Ir contra el viento y la marea le está trayendo también numerosos problemas internos a Cambiemos. Más allá del descontrolado discurso de Lilita Carrió que ya dispara a mansalva hacia cualquier lado, por primera vez la gobernadora María Eugenia Vidal y el jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta; le manifestaron al presidente sus disidencias sobre como profundizar el ajuste que ahora también exige el Fondo Monetario Internacional. Es claro que los miembros más conspicuos de la “mesa chica” también están pensando en su futuro y no sólo en el del presidente Macri. Si hay reelección que sea para los tres, estarán calculando los representantes más puros del PRO.

Y para eso hará falta muñeca política porque hasta Macri sabe que la idea de “sangre, sudor y lágrimas” puede sonar muy sincera pero no trae votos para nadie. Si no lo supiera habrían hecho un acto del 25 de Mayo sin la plaza vallada, hubieran venido al monumento para el 20 de Junio por el día de la bandera y no hubiesen suspendido el desfile del 9 de Julio que más allá del malestar salarial de los militares; la idea es evitar grandes concentraciones populares que puedan llegar a expresar sin tapujos su rechazo al gobierno más impopular de los últimos años.