La vuelta a comisión de la ley de presupuesto 2022 en la provincia, implicó mucho más que las dificultades administrativas que supone. Fue el comienzo en Santa Fe del camino que ambiciona terminar en una alternancia política en 2023. Algo que ya estaba claro a nivel nacional (con el rechazo de plano al presupuesto de parte de la oposición y tras los resultados en las elecciones de medio término) pero que aquí necesitaba empezar a tomar forma tras el vacío que significó el fallecimiento de Miguel Lifschitz en plena pandemia.

El gobernador Omar Perotti siempre sufrió las consecuencias de las acciones del Frente Progresista porque sabían que un día sería el adversario a vencer. Y lo fue, pero ganó y le dio al peronismo un horizonte que buscaba desde hace más de una década en Santa Fe. No es ilógico que ahora sea nuevamente el contendiente porque, aunque no tenga reelección, es todavía el máximo referente peronista en la provincia.

La puja provincial impactó en Rosario como hacía mucho tiempo no pasaba. Soldó las partes de un peronismo atomizado en el Concejo municipal que consiguió unir criterios para un duro documento crítico de la decisión opositora de dejar sin presupuesto para este año al Ejecutivo provincial y “a todos los santafesinos” se encargaron de destacar.

La siguiente acción fue mostrarle los dientes al gobierno municipal de Pablo Javkin pidiéndole que ayude a la provincia atendiendo la demanda exorbitante de testeos para covid que se daba en los centros de atención pública. “Es como pedirle a la EPE que salga a colgar lamparitas en las calles en medio de la demanda récord de energía y los cortes de luz”, se quejó la concejala Susana Rueda que preside la Comisión de Salud del Concejo.

Otro ex periodista, más nuevo aún en las lides políticas, salió a responder de inmediato. “Nosotros pedimos cosas que tienen que ver con las necesidades de la gente. Si la oposición provincial tiene cosas en ese sentido para pedirle a nuestro gobierno, que lo haga”, señaló Lisandro Cavatorta que se mostró en conferencia de prensa al lado de la ministra de Salud Sonia Martorano. Un claro indicador de que la posición del nuevo edil tenía venia provincial.

Cavatorta, que entró con pie firme al Palacio Vasallo por la cantidad de votos que obtuvo en la elección del año pasado, también señaló que el socialismo “gobernó la provincia y la ciudad por tantos años que no se acostumbra a recibir críticas”.

El peronismo y el gobernador Perotti buscan acomodarse para el resto del mandato. No hay que olvidar que el mismo dirigente del PJ que le dejó amañado el presupuesto 2020 en sociedad con Lifschitz; fue ahora el que le permitió avanzar con media sanción en la Cámara alta con el presupuesto 2022: El polémico senador Armando Traferri que había empezado a las patadas con el nuevo gobierno peronista.

Pero estos acuerdos también profundizan la falta de feeling con los escasos diputados provinciales del peronismo que hacen la suya, sueltos y con escasa gravitación en la agenda del gobierno. Y ese no es un tema menor para el peronismo en su conjunto, no sólo por cómo afecta a todo el oficialismo sino porque la oposición ve esa orfandad a diario y la utiliza en su beneficio en el recinto en el que tiene mayoría absoluta y donde Lifschitz había montado casi un gobierno paralelo con varios de sus ex ministros.

Para Perotti, como para Alberto Fernández en la nación y Javkin en la ciudad; aún no llegan los días que imaginaron para este nuevo año. La pandemia todavía se sigue llevando las principales preocupaciones de las administraciones y los datos positivos de reactivación económica y empleo siguen tras bambalinas.