Desde el 2015 venimos viendo cómo, encuesta tras encuesta, los resultados de las elecciones se alejan del verdadero pensamiento de los encuestados. Así también cómo las encuestas en los lugares de mayor marginalidad y vulnerabilidad realizan estimaciones matemáticas de las intenciones de voto, sin acceder al territorio. Estas estimaciones no hacen más que alejar esos porcentajes de lo que luego se evidencia en los resultados. Algunos encuestadores consultados expresan su sinceridad: "Es muy difícil llegar con alguno de los métodos a esos sectores y las estimaciones son con respecto más a percepciones nuestras que a su propias realidades".

Por eso desde Rosarioplus.com emprendimos el desafío de implementar un nuevo método de consulta para intentar captar la experiencia electoral de los sin voz, de los invisibilizados por el sistema, las encuestas y la sociedad. Y allá fuimos con tres encuestas en mano, de las más prestigiosas de Argentina  -entre ellas una que vaticino acertadamente el triunfo de Perotti–Rodenas con márgenes bastantes precisos; pero que sin embargo, en la contienda presidencial erró por 12 puntos el triunfo de los Fernández.

Para esto indagamos en información registrada por Cáritas, Techo, la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) y otras ONGs con trabajo territorial. En Rosario hay 174 villas y de 50.000 personas en contexto de pobreza estructural, este año ascendió a más de 100.000. Así se registra a diario un incremento en los comedores populares y en la demanda no solo de comida sino también de medicamentos y otros insumos básicos como pañales, ropa, frazadas y elementos de higiene y desinfección.

Con ayuda de algunas personas de Cáritas como de salas de emergencias identificamos a las familias a entrevistar. El cuestionario era el mismo utilizado por las encuestadoras y algunas preguntas sugeridas por las mismas personas que nos ayudaron.

Primera pregunta: ¿Alguna vez lo consultaron por su elección política, pertenencia o preferencia? El 92,5 por ciento de los encuestados, contesto que no. Con algunas singularidades en las respuestas: “Tampoco nos preguntan si comemos, nos bañamos o nuestros hijos van a la escuela”. Juan de Las Flores, colaborador de un comedor, contó que "se acostumbró” a que le digan sucio. “Nuestras ropas no están sucias, son viejas y no tenemos jabón y muchas veces el agua con que lavamos está contaminada. Así es con todo. Yo trabajo en el comedor porque el padre me deja llevarme las sobras y así comemos todos. Porque es para chicos nada más y si no vengo a ayudar mi mujer, yo y mi sobrina no comemos”, relató.

Juan de secundario completo en su Chaco natal, San Bernardo, para ser más precisos, llegó a Rosario en busca de trabajo. Hasta hace dos años pudo trabajar en una obra, pero ahora está sin trabajo. Más que una changa esporádica no consigue. Sabe de albañilería y por este oficio se contactó con el Padre Claudio. “Le dije que podía hacer la pared del comedor y no me fui más”, contó.

Solo habíamos hecho una pregunta y nos llevamos mil respuestas. Los sin voz hablan, solo falta que los escuchen. Cuando le preguntamos sobre su voto, pensamos que iba a preferir mantenerlo en secreto, pero afirmo fuertemente su voto fue a “ella”, refiriendo a Cristina Fernández de Kirchner. También dijo que en las elecciones para gobernador votó por Bonfatti, pero ante la pregunta sobre el apoyo de ese espacio a Lavagna como presidente, dijo no solo desconocerlo sino también desconocer a Lavagna.

Le preguntamos si mantendría su voto en octubre pero su respuesta fue de incertidumbre sobre su futuro: “No sé si llego a octubre, estamos muy mal. Ya no llego a comprar los remedios de Mili –Milagros, su hija menor que sufre de asma- que en invierno se pone más jodida y nos cuenta con una lagrima”. Y después de eso nos dice que sí, que va a repetir su voto y va a llevar a su señora y su sobrina a que voten también. Preguntamos por qué. “Y que se yo, la loca me da más esperanza y los pobres es lo único que tenemos”. Sobre el resto de las preguntas desconocía a los precandidatos.

Se notaba que tenía ganas de ser escuchado y no quería que terminemos. Habíamos llevado el mate y bizcochos como para romper un poco el hielo. En su casa de material, con pisos de hormigón gastado que por momentos es tierra. “Ya lo voy a arreglar nos aclara, soy albañil y no tengo piso, pero no tengo para el cemento”, dice. Pero en el barrio es casi un privilegiado.

Juan sabe que terminamos y seguimos la recorrida y nos recomienda: "Vallan por esta calle al fondo que es más segura y ahí a la derecha para el otro lado está lleno de ‘volteadores’ –el nombre con el que llaman a los narcos para realizar tareas de vigilancia en los lugares cercanos a donde venden drogas-”. Igual seguimos y recogimos por más de 29 barrios y casi 600 personas sin voz e invisibles a las encuestas.

El resultado, el mencionado anteriormente: 92,5 % de los encuestados nunca había sido consultado anteriormente. Clara muestra de que existe un mundo sin voz en las encuestas que definitivamente hacen que los márgenes de error sean como nunca antes vistos.
Eso es lo que notamos, las encuestadoras llaman margen de error a personas, vidas e historias que no tenemos la certeza pero si la percepción de que son parte de ese país invisible que los lleva a estar más alejados de la realidad. Las encuestadoras fallan, pero más fallaron las políticas que llevaron a esta gente a esta situación de invisibilidad que duele, rompe y daña a miles de argentinos día a día. Donde la batalla no es cada cuatros años, ni es cada doce horas, sino diaria. Una batalla que tampoco es por el Sillón de Rivadavia sino por el plato de comida de sus hijos.

La tendencia de lo irreversible es el resultado obtenido. Acá las tapas de Clarín y La Nación no llegan. Los medios hegemónicos tampoco. Acá los mercados son de alimentos y las tazas son de té si hay suerte. Los bancos están en la plaza. Y leliq es para ellos una palabra sin significado en algún idioma extranjero. Acá, Lázaro es el amigo de Jesús que el padre les contó en la iglesia que resucito. Ángelo, son los que están al lado de la virgen María y cuidan a sus Hijos. Es esta Argentina sin voz e invisible. Es esta Argentina que lastima.

Creemos que cuando alguien les habla a ellos y los devuelve al centro de la escena ellos responden y eso se nota en las urnas pero nunca aún las encuestas.