Como dijo el politólogo y experto en comunicación política Mario Riorda, es antiguo pensar en una sola agenda. El mundial de Rusia y los entuertos deportivos y extradeportivos que rodearon a la selección de Lionel Messi, en ningún momento lograron opacar la durísima realidad argentina. Claro que la suerte del seleccionado entristece aún más a los apesadumbrados argentinos. Pero sólo es llovido sobre mojado. También es inútil pensar –como lo sostenían algunos sectores de izquierda- que lo mejor era que Argentina pierda rápido al fútbol así la gente se iba a dar cuenta de la crisis que atravesamos en toda su dimensión. No hacía falta. No vivimos en 1978 y ni siquiera en 1986.

El gobierno ha pasado otra semana de frustraciones y ya van muchas que se acumulan en los últimos meses. Una vez que entró en la crisis –el oficialismo cree que solo cambiaria- ya no volvió a un escenario de tranquilidad o normalidad económica. Pero lo peor de todo esto es el futuro inmediato: El gobierno no percibe que sus problemas son estructurales y de fondo. Mucho más políticos que económicos. Por eso no va a cambiar, ensayará parches hasta el final, reemplazará funcionarios en las áreas de economía y finanzas y se autoconvencerá de que dos o tres medidas que generen más confianza externa, serán la solución.

Por eso ahora busca otra ronda de conversaciones con lo que llaman el “peronismo racional” de quien prescindieron tras la ruptura de lanzas por la ley antitarifazos que obligó al veto al presidente. Ya lo dijo Mauricio Macri hace unos días: “No sólo el gobierno debe ser serio y confiable. Debemos demostrarle al mundo que también la oposición lo es”. Por supuesto, el sentido es aislar al kirchnerismo y a la vez fragmentar al PJ de cara a las elecciones del año próximo. No hay ninguna confianza en juego en este partido. Macri y su gabinete notaron –como le avisaba el ala política hace rato- que la intransigencia de Cambiemos en algunas medidas lo único que estaba logrando era unir cada vez más al peronismo atomizado.

La nueva ronda de consultas políticas con el peronismo federal recomenzará con los gobernadores. El gobierno necesita consensuar el presupuesto 2019 para el Fondo Monetario Internacional. Sabe que si no hace gestos concretos el senador Miguel Pichetto volverá a votar junto con Cristina Kirchner.

Más allá del dólar a 30 pesos y el estrepitoso derrumbe de la bolsa de valores en Buenos Aires, las noticias económicas fueron lapidarias. Unas 4750 pymes cerraron sus puertas en estos últimos dos años y 95 mil personas perdieron su empleo en blanco en lo que va de 2018. Las consultoras empezaron a correr las expectativas de inflación anual hacia el 35% y el grupo Clarín marcó un perfil opositor todos estos días en la pantalla de TN y el diario. Es cierto que está detrás de un negocio, pero no es menos verdad que el grupo de medios empieza a dar cuenta del humor social. No hay un solo indicador real que haya logrado mejorar el macrismo. Más bien todo lo contrario.