A mediados del año pasado, cuando la mayoría de las variables económicas del nuevo gobierno se mostraban obstinadamente negativas para la gestión (caídas en las ventas, aumentos del desempleo, pérdida del poder adquisitivo de los salarios), el entonces ministro de Hacienda, Alfonso Prat Gay, tomó algunos indicadores muy puntuales para demostrar que se había iniciado una nueva etapa de crecimiento económico.

Con una bella metáfora vegetal, se refirió a que en la economía podían hallarse “brotes verdes”: desde el fondo del devastado suelo, se abrían nuevas esperanzas de crecimiento. El brote en cuestión fue, en ese momento, el aumento de los despachos de cemento, que es un indicador clave para ver si está creciendo la construcción.

Si bien el tiempo comprobó que los brotes no fueron tales, la idea prendió entre los simpatizantes y militantes de la alianza Cambiemos, quienes tomaron la idea de los brotes verdes como una demostración de apoyo al gobierno, en particular en las redes sociales. Ha sido común ver, en los meses iniciales de 2017 a muchos usuarios de la red Twitter utilizar un símbolo gráfico (un emoji) de una plantita o algo similar al lado de su nombre. Algunos usuarios se animan a más y hablan de un “broteverdismo”: la corriente de aprobación al gobierno y de defensa a capa y espada de todas sus acciones.

Sobre principios de este año, uno de los datos económicos que más fuerte defendieron los “broteverdistas” tenía que ver con la caída de la inflación en el segundo semestre de 2016. Los números mostraban que, efectivamente, durante la segunda mitad del año, la inflación fue cayendo: el segundo semestre de 2016 los precios crecían al 1,11% mensual, incluyendo un mes de deflación (caída de precios, por los reajustes hacia debajo de las tarifas de servicios públicos). Esta declaración, reafirmada por el presidente Mauricio Macri en su discurso de inicio de sesiones legislativas del 1º de marzo, mostraba, finalmente, que al menos lo que hace a la inflación, los brotes verdes habrían existido: la inflación finalmente caía y las paritarias podían encararse con ofertas de aumento mucho más bajas que las del año pasado.

Sin embargo, el año 2017 mostró que el punto destacado por el presidente había sido, apenas, un momento: la inflación durante los primeros tres meses del año volvió a subir, en particular la presentada esta semana (marzo). Según el INDEC, fue de 2,4%. Según el Instituto de Estadísticas de la CABA, 2,9%. Según el Instituto Estadístico de los trabajadores, 2,1%. En cualquier caso, las predicciones originales sobre a cuánto iba a llegar la inflación hacia fin de año, se han elevado, pensando en que es probable llegar a un rango de entre 25 y 30%. Este rebrote inflacionario, sin embargo, no ha hecho recalcular todas las ofertas de aumentos salariales en las extendidas rondas paritarias que estamos atravesando.