En el marco de la Semana Mundial de la Lactancia, que se celebra entre el 1 y el 7 de agosto, la Sociedad argentina de Pediatría advierte que menos de 4 de cada 10 menores de 6 meses
reciben lactancia materna exclusiva.  Por lo tanto, recomienda la lactancia materna como fuente de alimentación exclusiva hasta los 6 meses y luego complementada con otros alimentos hasta los 2 años de vida. No sólo trae beneficios en la salud del niño, sino también en  la madre. Además,  implica un ahorro económico ya que proporciona nutrientes de alta calidad, ayudando a prevenir el hambre, el sobrepeso y la obesidad,  representando seguridad alimentaria para la niñez.

Con esta simple práctica, señala la entidad, se podrían salvar 820 mil vidas por año en el mundo si se aumentara la lactancia materna, de las cuales el 87% corresponde a recién nacidos y menores a 6 meses. 

La Sociedad de Pediatría, en línea con las directrices a nivel internacional de la Organización Mundial de la Salud (OMS), recomienda que la lactancia materna sea la vía de nutrición exclusiva hasta los 6 meses de edad, y que luego continúe hasta los 2 años, mientras se van incorporando progresivamente otros alimentos.

Entre los beneficios de la lactancia se incluye la disminución de un 36% de la muerte súbita y de un 58% de infecciones del tracto intestinal como diarreas que pueden ser muy graves, sobre todo en recién nacidos prematuros. En este sentido, la leche materna genera un efecto protector contra esta enfermedad y contra la neumonía.

La Doctora Silvia García, médica neonatóloga, presidente de la Subcomisión de Lactancia de la Sociedad Argentina de Pediatría, señalaba recientemente que  “el amamantamiento es una herramienta sanitaria que contribuye a disminuir la morbimortalidad infantil. Genera beneficios sustanciales tanto para los niños como para sus madres y es importante considerar que este impacto se da tanto en países de altos ingresos como de ingresos bajos. Además de fortalecer el vínculo madre-hijo, se asocia a una reducción del riesgo de desarrollar sobrepeso, obesidad y diabetes tipo 2, y aumenta el coeficiente intelectual, lo que a su vez se traduce en un mejor desempeño académico” Y, es importante destacar que si bien todas las leches de fórmulas buscan replicar los componentes de la leche humana,  este sigue siendo el mejor alimento. 

El vínculo mamá- bebé

Más allá de los beneficios fisiológicos, la lactancia promueve el apego, un vínculo fuerte con la madre que ha demostrado ser crucial para que en el futuro el niño y posterior adulto pueda establecer relaciones saludables con otras personas.

Esta conexión íntima entre madre e hijo, piel a piel, le permitirá al niño ir estableciendo un vínculo fuerte con la mamá, quien no sólo recibirá de ella una atención primaria, respondiendo a las necesidades básicas del niño, sino también amor y atención ya que con el amantamiento la mamá sostiene y contiene a su bebé no sólo con sus brazos, sino también con la mirada.

En un primer momento, el vínculo será de dos y luego  entrarán otros en ese juego amoroso para comenzar a descubrir el mundo que le rodea. 

Beneficio materno

En cuanto a la salud de las madres, dar de mamar disminuye el riesgo de padecer cáncer de mama y ovario. Según la Sociedad de Pediatría, se estima que en el mundo gracias a la lactancia se evitan casi 20 mil muertes anuales por cáncer de mama y esta cifra podría duplicarse si se mejorasen las prácticas de amamantamiento. Además, se reduciría el riesgo de diabetes tipo 2 y de depresión post parto.

Asimismo, la leche materna es un alimento natural y renovable por lo cual el impacto económico familiar de la lactancia reside fundamentalmente en que está disponible siempre sin representar una carga al presupuesto de la familia  a corto y a largo plazo; y, además, es una fuente de nutrición sostenible. 

Hay que destacar que las madres que trabajan o estudian deben saber que Argentina cuentan con leyes de protección a la alimentación natural, que en la mayoría de los territorios les proporcionan 90 días de licencia para que durante ese período estén con sus bebés, brindándoles la mejor opción nutricional, que es la leche que producen. Además, en este marco, hasta el año o incluso los dos años, las madres tienen como derecho la “hora de lactancia” por jornada laboral o educativa, que les permite ingresar una hora después o retirarse una hora antes de su horario normal mientras dure la lactancia.

Por otra parte, la OMS y el Ministerio de Salud de la Nación promueven los espacios amigables de lactancia materna en áreas de trabajo o estudio, para que la madre pueda extraerse leche y refrigerarla.

Asimismo, en ocasiones, las mamás desconocen cuál es la mejor manera de amamantar a sus hijos. Al respecto, el Doctor Azula, recomendó que “la alimentación recomendada es a libre demanda, sobre todo en las primeras etapas. Es decir, cuando el hijo solicita el pecho, dárselo, sin importar qué hora sea ni hace cuánto tiempo comió. Esto hará que las glándulas mamarias funcionen como una fábrica: a mayor demanda del bebé, mayor producción. Así, se establece una provisión adecuada de leche para su normal crecimiento.

Sin lugar a dudas, si las condiciones están dadas, el amamantamiento es la mejor forma de alimentar a los bebés, no sólo recibirán beneficios fisiológicos, sino afectivos.