La falta de diálogo o de escucha de los diferentes reclamos, ha sido un lei motiv permanente para señalar al kirchnerismo. No sólo desde Cambiemos que finalmente se quedó con las elecciones presidenciales, sino también desde el Frente Progresista de Santa Fe que –a pesar de haber tenido las remesas de coparticipación más importantes de su historia y un conjunto de obras y programas formidables- se quejaba permanentemente de que el gobierno nacional de entonces no escuchaba.

Pero desde estas dos administraciones que reclamaban el diálogo permanente no sólo demostraron no escucharse entre ellas durante buena parte del 2016 y en lo poco que va del 2017 con el tema de las inundaciones, fundamentalmente, sino que además también demostraron empíricamente que tampoco escuchan demasiado a los otros sectores.

El presidente Mauricio Macri no sólo no escucha los diferentes reclamos del mundo de la producción y el trabajo, sino que también y fundamentalmente desoye al Congreso. Lo hizo cuando vetó la Ley Antidespidos y lo repite ahora con los Decretos de Necesidad y Urgencia que en el caso de las ART interviene antidemocráticamente en el debate parlamentario puesto que el tema ya tenía media sanción del Senado. Los otros DNU referidos a los feriados también fueron construcciones parlamentarias como el feriado inamovible del 20 de Junio por el día de la Bandera y más aún, el del 24 de marzo en memoria de las atrocidades cometidas durante la última dictadura militar en Argentina.

También destartaló por decreto la Ley de Medios que surgió tras un largo periplo que comenzó allá por el '83 con la recuperación de la democracia y que recién pudo imponerse muchos años después, tras años de consenso construido por distintas organizaciones sociales y políticas hasta llegar al Congreso de la Nación.

Entonces lo que hay es una mímica de la escucha. Una parodia de participación decisoria, un acting democrático de ida y vuelta con la ciudadanía. También finamente practicado por el gobierno del Frente Progresista en Santa Fe y en Rosario.

Un caso concreto es la suba de la tarifa del agua en la provincia anunciada esta semana. El gobierno que pedía en un comienzo por encima de un 80 por ciento de aumento en el rubro, “escuchó” a la gente en la Audiencia Pública y terminó solicitando un 40 por ciento para el primer semestre y dejando sujeto a futuros análisis lo que suceda en la segunda parte de este año. Es decir, no se movieron ni un centímetro de lo que pedían inicialmente. Pero el circo de la escucha se montó. Además de ser sordos deben creer que el resto somos estúpidos y no sabemos sumar.

Como sea, por ninguno de los casos señalados hubo gran escándalo y eso que algunos impactan directamente sobre el bolsillo. Con lo cual el arte de simular el diálogo político, no debería ser soslayado. Quizás uno de los principales errores del gobierno nacional anterior fue creer que bajar el tono, cuidar las formas y simular consensos no era redituable.