La comunidad de María Teresa, localidad ubicada a unos 55 kilómetros de Rosario, se encuentra conmovida por estas horas tras conocerse que una nena de 13 años está embarazada nuevamente a pocos meses de haber sido mamá. La Justicia investiga el caso luego de una denuncia realizada por una docente del colegio al que asistía la menor, hay personas imputadas y se está intentando determinar las circunstancias en las que se produjeron los embarazos.

En diálogo con Sí 98.9, la fiscal de la causa Paula Borello precisó que “el primer embarazo fue con 12 años, por lo que habría abuso sexual con acceso carnal por la edad de la menor, según el código civil”, más allá de que “según la realidad social se pueda naturalizar en cierto contexto una situación de estas características”. Hay varias personas imputadas, aunque por lo pronto no hay detenidos.

Borello contó que “se toma conocimiento del caso a raíz de una denuncia que realiza un colegio”, dado que las instituciones educativas siempre avisan si hay menores de corta edad embarazados “para que se investigue si se produce de abuso o no”. A partir de entonces, “se trabaja con un gabinete interdisciplinario para establecer si la menor fue víctima o no de un delito”. 

“Ya habría personas identificadas como posibles autores del delito”, confió la funcionaria judicial, quien anticipó que “se trabajará con cámara gesell y estudios de ADN para establecer paternidades y tener pruebas del relato de la menor”.

Si bien la justicia intervino por el primer embarazo, la fiscal aclaró que no se apartó inmediatamente a la menor y se puso a resguardo porque necesitaron tiempo para determinar qué había ocurrido. “Al no poder entrevistar directamente a la menor
se obtiene información a través de relatos con el gabinete interdsciplinario, son cuestiones que se trabajan con tiempo y paciencia”, explicó. En el transcurso de estas acciones es que se registra el segundo embarazo de la nena. “Entre un embarazo y otro pasó muy poco tiempo”, remarcó. 

Borello defendió lo actuado por la justicia: “La causa está correctamente trabajada, se tomaron todas las medias que se tenían que tomar. No es que el menor cuenta en la primera entrevista lo que pasó y se puede terminar. No es que un niño se sienta y cuenta como si nada en la primera entrevista o la segunda o la tercera lo que le pasa. Muchas veces se bloquean, no lo cuentan, lleva tiempo para que un menor relato lo que le pasó y también lleva tiempo identificar a las personas, si es que se anima a manifestar quiénes fueron los agresores, si es consentido”.