River Plate no se pudo soltar de lo sucedido en la Bombonera. Es que perdió anoche ante Cruzeiro de Brasil por 1-0 en el estadio Monumental, en la ida de los cuartos de final de la Copa Libertadores, y complicó sus chances de acceder a las semifinales.

River se vio sorprendido en los minutos iniciales porque Cruzeiro, bajo el sistema táctico 4-2-3-1, clausuró los ataques por los laterales, lo atacó y le generó interrogantes en la última línea defensiva.

El equipo de Marcelo Gallardo mejoró su producción, con el envión de haber eliminado a Boca, se asentó en campo rival, con más presencia de Ponzio y Kranevitter, y la aparición del colombiano Teófilo Gutiérrez, y las proyecciones del juvenil Emanuel Mammana, quien respondió a la confianza que le dio el entrenador y por momentos salió jugando como si fuese un experimentado lateral por la derecha.

El 'Millo' exhibió su mejor momento en la primera parte a los 16 minutos con el pase en profundidad que Gutiérrez no alcanzó a conectar ante la salida desesperada del arquero Fabio y el remate de Mora cerca del punto penal que se fue desviado tras el centro por derecha de Sánchez.

En el comienzo de la segunda parte, River no encontró variantes ofensivas porque Gutiérrez se apagó, Mora se perdió entre los defensores y Martínez no se redimió del flojo primer tiempo.

Entonces, con Cruzeiro en actitud de contraataque y que clausuró una vez más los avances por los laterales.

El equipo de Núñez, que viene de una producción escasa a cuanto goles en los últimos encuentros (1 en 6 cotejos), incrementó su nerviosismo a medida que el reloj marcaba la aproximación de la finalización del encuentro.

El único gol del encuentro lo anotó el volante Marquinhos a los 36 minutos del segundo tiempo.

Cruzeiro, la 'Bestia Negra' de River en el historial (9 victorias contra 3 derrotas) hizo su negocio, pero el 'Millonario' no encontró respuestas para revertirlo porque Pisculichi, que continúa en un bajo nivel futbolístico, no le dio las soluciones que precisaba.

Los dirigidos por Gallardo se retiraron aplaudidos y apoyados por 57 mil hinchas, pero saben que la revancha del próximo miércoles en Belo Horizonte será muy difícil y que el pase a las semifinales se complicó más de lo pensado.