Luego de que su desaparición generara angustia y temor en el barrio, apareció. En realidad, nunca se había ido. 

La búsqueda intensa de la víbora “Margarita” tuvo un final feliz, sin víctimas ni sobresaltos. El personal de defensa civil, junto con integrantes de zoonosis, encontraron este jueves al mediodía a la boa, de 30 kilos y más de tres metros, escondida detrás de un placard. 

El animal había sido denunciado como “desaparecido” el domingo cuando su dueño, un joven estudiante de veterinaria, limpiaba la pecera donde permanecía en cautiverio. Los vecinos entraron en pánico: incluso denunciaron que desaparecieron mascotas en la zona y asumieron que la boa se las había comido. Pero no era así.

Un especialista, amigo del muchacho que tenía al animal, había asegurado que el chico "había sacado a la boa de la pecera para limpiarla y que la puso en un bol grande con tapa plástica". Además, había señalado que el reptil "comía cada quince días” y dormía en la zona, por lo que era “probable que estuviera escondida". Y escondida estaba, pobre Margarita, tanta mala fama le hicieron y solo estaba dormida detrás de un placard.