Este jueves se cumplen 21 años del asesinato del trabajador de prensa José Luis Cabezas, perpetrado por una banda compuesta por policías y delincuentes comunes que estaba al servicio de un comisario de La Bonaerense pagado por el empresario postal Alfredo Yabrán. 

Al momento de su muerte, Cabezas se desempeñaba como fotógrafo de la Revista Noticias, una publicación de Editorial Perfil. 

Junto con el periodista Gabriel Micchi, Cabezas realizaba la cobertura de la temporada de verano en Pinamar, y en la madrugada del 25 de enero, tras montar una guardia en la casa que el empresario Oscar Andreani poseía en esa ciudad fue secuestrado por una banda liderada por el oficial de policía de la bonaerense Gustavo Prellezo.

En marzo de 1996, Cabezas le había tomado una foto a Yabrán mientras caminaba por una playa de la ciudad donde habitualmente veraneaba que ilustró una nota de tapa publicada en una edición de la revista Noticias. 

Según pudo establecer una posterior investigación judicial, Yabrán le comunicó a Prellezo en diciembre de 1996 que quería pasar un “verano tranquilo”, lo que motivó al oficial a regentear a los Horneros para cometer el asesinato de Cabezas.

El cuerpo del trabajador de prensa apareció en una cava, en el interior de un auto quemado, esposado y con dos balazos alojados en su cavidad craneana.

En mayo de 1998, tras varias idas y venidas en la causa, el juez de Dolores José Luis Macchi libró una orden de captura contra Yabrán, que luego de permanecer prófugo durante cinco días, se suicidó de un tiro de escopeta en en campo de su propiedad ubicado en Entre Ríos.

En el juicio se estableció que Prellezo fue el autor de los disparos que terminaron con la vida del fotográfo y en febrero de 2000 recibió una condena de prisión perpetua, pero en 2010 resultó beneficiado con una prisión domiciliaria por razones de salud, y desde entonces está en libertad. 

También fueron condenados a prisión perpetua los cuatro integrantes de la banda "Los Horneros" Horacio Braga, José Auge, Sergio González y Héctor Retana, así como Gregorio Ríos, jefe de Seguridad de Alfredo Yabrán, y los policías Sergio Camaratta y Aníbal Luna.

El crimen motivó una gran movilización de parte de los trabajadores de prensa, que bajo el lema “No se olviden de Cabezas", acompañado por la foto de José Luis, se convirtió en un símbolo de lucha contra la impunidad.