Después de una serie de idas y vueltas, con jueces que se negaban a tomar la denuncia que presentó el fiscal Alberto Nisman antes de morir, este miércoles la Cámara Federal le ordenó al juez Daniel Rafecas que asuma esa investigación, la más delicada quizás en los últimos años de la historia nacional puesto que acusa a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y al canciller Héctor Timerman de encubrir a los acusados iraníes en el atentado a la Amia.

La denuncia recayó el 10 de enero en el juzgado de Lijo porque este magistrado ya tenía una investigación abierta sobre maniobras para tapar la cadena de responsabilidades del atentado del 18 de julio de 1994.

Lijo estaba a cargo de las denuncias producidas durante el receso estival, por lo que sólo tomó las medidas más urgentes para no perder pruebas. Y así fue que envió el expediente a sorteo el lunes pasado. De allí salió Rafecas, que estaba de vacaciones. El juez que lo reemplazaba era Sebastián Ramos, que se declaró incompetente de inmediato.

Puesta a decidir la Cámara Nacional en lo Criminal y Correccional Federal, presidida por Irurzun, se dispuso que sea Rafecas el que tome a su cargo la investigación de la denuncia.