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Un docente de 37 años de tercer grado de una escuela pública sanjuanina no dicta clases desde hace cinco meses y llora frente a sus alumnos porque su novia lo dejó, y ante la imposibilidad de una solución la mayoría de los chicos abandonó la institución.

El insólito hecho que sucede desde abril pasado en la escuela General Bartolomé Carreras de San Juan, se conoció este jueves por el reclamo de los padres de los alumnos que piden que "los chicos tengan clases normales de una vez por todas".

De los 19 alumnos que conformaban el tercer grado en el inicio del año solo quedaron ocho, ya que los restantes fueron llevados por sus padres a otros colegios de la zona para seguir sus estudios, según la directora del establecimiento, Alejandra Peralta. 

Los ocho alumnos que aun permanecen en la escuela se encuentran desde esta semana en la sala de Computación con una docente auxiliar, debido a que el maestro concurre diariamente pero se encierra en su aula a llorar.

Si bien se intentó persuadir al docente para que modifique su actitud, las autoridades aseguraron que "amenazó con denunciarlos por discriminación si lo sacan del aula".

Los padres de los alumnos tomaron conocimiento de este hecho porque los chicos contaron que el maestro lloraba todo el tiempo en el curso y que entre lágrimas les mostraba fotos y videos con su novia que lo había dejado, en vez de darles clases.

"A veces mi hijo llegaba triste de la escuela porque veía sufrir a su maestro", contó a la prensa local uno de los padres, que junto a otros realizó un reclamo ante las autoridades. "Los padres decidimos presentar nuestro reclamo, pero hasta ahora no tuvimos una solución concreta", dijo Ayelén Araya, mamá de una alumna.

Por su parte, la directora de la escuela señaló que comunicó la situación al Ministerio de Educación y que cuando fue a explicarle al docente que no podía continuar con este comportamiento, "se tiró al suelo llorando y preguntándole a los niños si lo querían o si también lo iban a abandonar".

En ese momento, los chicos se pusieron a llorar alrededor del docente, por lo que Peralta decidió apartar a los alumnos para protegerlos. 

María Rojas, mamá de otro de los alumnos de 3 grado B, contó: "Ahora el docente sigue yendo todos los días a la escuela, llega a horario y se encierra en el aula hasta que suena el timbre de salida. No molesta a nadie".

"El docente involucrado tiene un cargo titular en la institución, no se puede nombrar un docente suplente para que lo reemplace, tal como solicitaron los padres, sin que concluya el expediente administrativo", aclaró Guzmán.

(Télam)