Boca Juniors, con la obligación de revertir la derrota por 2-0 del partido de ida, recibirá este martes a River Plate, defensor del título, en el Superclásico que definirá el representante argentino en la final única de la Copa Libertadores de América.

La Bombonera será la sede del partido de vuelta que se jugará desde las 21.30, con arbitraje del brasileño Wilton Pereira Sampaio y el argentino Mauro Vigliano a cargo del VAR, con transmisión de Fox Sports.

En el partido de ida, jugado el pasado 1º de octubre en el Monumental de Núñez, River ganó por 2-0 con goles del colombiano Rafael Borré, de penal, e Ignacio Fernández como broche de una jugada previa en el que la Banda Roja construyó una jugada de 7 pases consecutivos.

Boca está obligado a ganar por tres goles de diferencia para clasificar directamente a la final, mientras que para forzar una definición con tiros desde el punto penal debe ganar por dos goles de diferencia pero sin recibir tantos en contra, ya que eso favorecerá a River por el valor extra del gol como visitante.

El ganador de la serie se meterá en la histórica primera final a partido único que se disputará el próximo 23 de noviembre en el estadio Nacional de Santiago de Chile, para enfrentar a un rival brasileño que se definirá este miércoles entre Gremio y Flamengo.

El equipo dirigido por Marcelo Gallardo está en mejor posición ya que además del triunfo por 2-0 obtenido en la ida, cuenta con el respaldo de la histórica conquista de la edición pasada, tras vencer a su clásico de toda la vida en la inédita final disputada en el estadio Santiago Bernabéu de Madrid, en España.

Boca, por su lado, intentará protagonizar una heroica remontada para opacar la frustación de lo sucedido en Madrid e ir a Santiago de Chile en busca de la tan ansiada séptima Copa Libertadores de América.

La Bombonera volverá a ser testigo de un partido de vuelta de Copa Libertadores luego del episodio del "gas pimienta" de los octavos de final de la Copa Libertadores 2015. Para prevenir cualquier tipo de situación anómala, el Ministerio de Seguridad porteño organizó un operativo con más de 1.500 policías.