"¡Qué frío!". La frase se escucha y se repite a diario por las calles, como obligatoria. El cielo generalmente nublado y gris tampoco ayuda a ponerle onda a las bajas temperaturas. Ni que hablar de las ocasionales lluvias. Los rosarinos circulan crecientemente emponchados a medida que el invierno transcurre: pasamontaña sobre bufanda sobre sacón sobre varias capas de ropa. 

No es casualidad que el frío haya llegado con tanta contundencia: el invierno del 2015 prácticamente no existió y después de un verano abrumador, las primeras bajas temperaturas del año fueron demasiado para las térmicas mal acostumbradas de los rosarinos. Encima, llegaron para quedarse: el fresco fue constante y no dio tregua. Ni siquiera llegó el conocido "veranito de San Juan", esos días de desubicado calor cerca del 24 de junio, poco después del cambio de estación. Obligó a más de uno a desembolsar los viejos abrigos de lana guardados con olor a naftalina en el fondo de algún placard.
Pero, ¿por qué si supuestamente estamos en un proceso de calentamiento global de pronto hace más frío que antes? Mauricio Saldívar es meteorólogo y ayuda a responder. "Este fenómeno tiene que ver con una serie de condiciones regionales. En nuestra región se percibió una anomalía negativa en las temperaturas, es decir temperaturas más bajas de lo habitual. En el resto del planeta se percibe una anomalía positiva: temperaturas más altas de lo habitual", explica el experto.

"Se percibieron sobre todo máximas más bajas. Las mínimas se mantuvieron dentro de los parámetros normales", afirma Mauricio. El hecho de que no haya habido cada tanto una temperatura más alta para equilibrar hace que el frío se sienta con más pesadez. ¿Y la humedad? Bueno, parece que no siempre es lo que mata: "En invierno, lo que más incide en la sensación térmica es el viento. Cuanto más viento haya, por más que la temperatura no cambie, se percibe más el frío. La humedad tiene muy poco que ver, es prácticamente despreciable", responde el meteorólogo, erradicando uno de los mitos favoritos de los rosarinos.

Entonces, la vuelta a un invierno verdaderamente frío (como aquellos que con frecuencia se recuerdan en los relatos que van diez o quince años en el pasado) es un fenómeno aislado para el hemisferio sur que choca con la tendencia global. Saldívar sintetiza: "Pese a este bajón de temperaturas que tenemos acá, se estima que 2016 va a ser aún más caluroso que 2015". Así es que mientras por este lado del mundo nos quejamos de un frío inesperado, en el hemisferio norte se registran olas de calor inéditas. De hecho, la National Oceanic and Atmospheric Administration (autoridad climática estadounidense) estableció que el pasado junio fue el mes más caluroso de la historia de USA.

A aguantarse, que el frío helado parece ser circunstancial y pronto volverá el calor agobiante que tanto amamos odiar.