La competencia olímpica genera momentos deportivos inolvidables a diario. Pero además, hay un lado B: el de las curiosidades y los bloopers. Esta vez, las piletas olímpicas fueron el escenario de las perlitas. Una de las piletas para salto sincronizado amaneció con un misterioso color verde. En otra, una jugadora estadounidense de waterpolo protagonizó un desnudo parcial e involuntario.
 

En la tarde del martes, varias instancias de la competencia de clavados tenían que realizarse en el estadio acuático Maria Lenk. Pero algo llamó inmediatamente la atención de atletas y organizadores: la pileta donde se llevan adelante los saltos tenía un ligero y sospechoso color verdoso. Pero lejos de estar en un proceso de pudrimiento al estilo piletas de casa de fin de semana en el invierno, el enverdecimiento misterioso aparentemente no era dañino ni molesto.

Según dijeron los propios clavadistas, el agua no olía mal ni irritaba los ojos, por lo que optaron por competir con toda normalidad. Un vocero del comité olímpico dijo inicialmente no saber qué había provocado la coloración, dado que el agua se testea a diario y no había arrojado ningún resultado extraño. Más tarde, comentó que aparentemente una mezcla de algas, sol y viento habría sido la causa. Dudoso, pero posible. La misteriosa pileta verde fue, literalmente, la nota de color del día.
 


Ese mismo martes, se disputó el partido de waterpolo femenino entre España y Estados Unidos (defensoras del oro olímpico). Durante el encuentro, a una de las jugadoras norteamericanas se le corrió la malla durante los usuales forcejeos propios del deporte, y mostró involuntariamente un pecho.

Este tipo de accidentes son comunes en waterpolo, pero lo que no es usual (ni ético) es que un canal de televisión lo muestre. Así fue que la NBC (cadena estadounidense) mostró no una, sino dos veces, el pecho desnudo de su propia jugadora. Muy simpática la perlita, pero hay límites.