La pintoresca ciudad de La Habana se prepara desde junio para la visita del papa Francisco, uno de los acontecimientos más trascendentales para la historia de la iglesia Católica de Cuba y también del país entero.

Desde que se anunció el viaje papal hace tres meses, los habaneros comenzaron los preparativos para la llegada del tercer pontífice en 17 años, en paralelo con las expectativas que genera no sólo su llegada sino también el contexto en la que lo realiza, en el medio del restablecimiento de las relaciones con Estados Unidos tras años de bloqueo a la isla.

Por la mañana, los cubanos atareados bajo un calor tropical que parecen no sentir, comentan el arribo de Francisco en las habituales colas de los comercios de la capital en donde un puñado de desconocidos comenta sobre el origen latinoamericano del pontífice que estará en Cuba durante tres días.

En los comercios de La Habana, la imagen del Papa Francisco se convirtió en una fotografía habitual en una ciudad en donde cohabitan los pintorescos automóviles de los años 50 y los celulares con wifi.

"¿Así que está Cristina?", preguntan los cubanos en relación a la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner, quien arribó este sábado por la mañana a Cuba para presenciar la misa que dará Francisco mañana en la Plaza de la Revolución.

Es allí en donde se montó un imponente estrado papal a un costado del monumento al "Che" Guevara, decorado con la flora típica de Cuba y frente a una platea en donde ya se instalaron las sillas para los 3500 invitados -eclesiásticos y del gobierno- que presenciarán la misa, además de los cientos de miles de personas esperadas en la plaza.

Unas enormes gigantografías montadas en la Biblioteca y el Teatro Nacional rodean la plaza de imágenes alusivas a la cristiandad y a Francisco, que iniciará hoy su gira de tres días por Cuba, denominada "Misionero de la Misericordia".

Mientras la plaza aguarda, en La Habana Vieja, en donde se encuentra la Catedral y el Centro Cultural Félix Varela -que Francisco visitará el domingo a la tarde-, cae el sol y decenas de jóvenes y religiosos se congregan en la Plaza para realizar la vigilia papal, tal como lo han hecho durante todos los días de septiembre.

Horas antes de su partida para la isla, el papa envió un mensaje a los cubanos en donde dijo que irá a "visitarlos para compartir la fe y la esperanza" y "para que nos fortalezcamos mutuamente en el seguimiento de Jesús".

"Me hace mucho bien y me ayuda mucho pensar en su fidelidad al Señor. En el ánimo con que afrontan las dificultades de cada día, en el amor con que se ayudan y sostienen en el camino de la vida", sostuvo, y agradeció "por ese testimonio tan valioso".

"Sé que se están preparando para esta visita con la oración, se lo agradezco infinitamente, necesitamos rezar, necesitamos la oración, ese contacto con Jesús y con María", dijo Francisco.

"Quiero estar entre ustedes como misionero de la misericordia, pero permítanme que los anime también a que ustedes sean misioneros de ese amor infinito de Dios", pidió.

Mientras tanto, unas luces tenuemente anaranjadas que recuerdan a cualquier pueblo del corazón argentino se reflejan en la plaza de adoquines de La Habana Vieja, adornada con decenas de jóvenes, monjas y sacerdotes que participan de la vigilia, que al compás de la música en vivo esperan la llegada del Papa latinoamericano y la misa de mañana.