A las estrellas de Hollywood suelen llegarles juicios. Ex esposas enojadas, algún productor que reclama dinero, niñeras que se quejan, la lista es larga. Pero lo de Jennifer Lawrence es llamativo.

A la bella actriz, que por estos días hizo pública su bronca por cobrar menos que sus compañeros protagonistas hombres de Los Juegos del Hambre, se la vincula además con una polémica judicial algo extraña. La acción es impulsada por un científico. Sí, un científico que se “ofendió” por algo que el personaje de la actriz dijo en la película en La Gran Estafa

Así que por estos días, mientras Jennifer Lawrence roda con Bradley Cooper el film Joy, la productora de La Gran Estafa Columbia Pictures se enfrenta a la demanda de un millón de dólares.

Es que un experto en los efectos biológicos de los campos electromagnéticos, Paul Brodeur, considera que en el guión se incluyeron “calumnias”. El eje del debate es una escena de Jennifer Lawrence en la que su personaje discute con su marido, interpretado por Christian Bale, sobre que los microondas eliminan los nutrientes de la comida. Pequeño detalle: la mujer dice en algún momento “Es verdad, lo he leído en un artículo de Paul Brodeur”. Pequeño detalle dos: el científico asegura siempre haber defendio lo contrario, que no existe ningún peligro en ingerir alimentos cocinados en un microondas. En fin, cosas de Hollywood.