El Vaticano comunicó el hallazgo de restos humanos en la Nunciatura Apostólica en Roma, su embajada en Italia. La hipótesis es que se trata de Emanuela Orlandi, una joven desaparecida hace 35 años y cuya historia se convirtió en uno de los misterios más grandes del país europeo.

La Fiscalía de Roma abrió una investigación bajo el delito de homicidio y ordenó un análisis de los restos encontrados por algunos obreros en la tarde del lunes mientras realizaban obras en la Nunciatura, según explicó el Vaticano en un comunicado.

"El fiscal jefe de Roma, Giuseppe Pignatone, ha pedido a la Policía Científica y a la Policía de Roma que investiguen la edad, el sexo y la fecha de muerte", dice la escueta nota oficial.

En tanto, desde los medios de comunicación italianos se disparó inmediatamente la posibilidad de que estos restos pertenezcan a Orlandi, la chica de 15 años que desapareció el 22 de junio de 1983 cuando se dirigía a la escuela de música de San Apolinar, en el centro de Roma, sin que desde entonces haya habido noticias sobre su paradero.

Cabe señalar que son muchas la hipótesis durante todos estos años sobre este caso y la familia nunca se ha cansado de buscar la verdad, un esfuerzo que ahora vuelve a tomar impulso con el hallazgo de los restos óseos. 

Un misterio con historia

El caso Orlandi tiene muchos componentes de misterio, ya que en la suerte de la muchacha se cruzan todo tipo de teorías que señalan a mafiosos, a la Iglesia e incluso al turco Ali Agca, que en 1981 atentó contra el papa Juan Pablo II.

En su momento Ali Agca aseguró que la desaparición de las adolescentes estaba vinculada a una exigencia de que él fuera puesto en libertad y apuntó que estaban vivas, pero fue una hipótesis que nunca se tuvo demasiado en cuenta, ya que el terrorista cambió de versión en varias ocasiones.

Sin embargo, no es la primera vez que el hallazgo en Roma de algunos huesos hace pensar en la desaparición de Orlandi. También sucedió en 2012 cuando se encontraron restos óseos sin identificar al lado de la tumba en la basílica de San Apolinar de Enrico De Pedis, jefe de la "Banda de la Magliana", la mafia de Roma durante los años 70 y 80.

La pista de que alguien había encargado a la Banda de la Magliana secuestrar a Orlandi fue una de las hipótesis evaluadas durante la investigación, sobre todo después de que la novia de De Pedis, Sabrina Minardi, dijera a la fiscalía de Roma que ella fue la encargada de introducir a la joven en su automóvil y llevarla hasta el lugar donde le pidió su pareja.

Minardi explicó que la chica fue secuestrada por indicación del arzobispo estadounidense Paul Marcinkus, entonces director del Instituto para las Obras Religiosas "para dar un escarmiento a alguien". Y, tras estas revelaciones, fue investigado el exrector de la basílica de San Apolinar Piero Vergari, que autorizó enterrar a De Pedis en ese templo y que también trabajó durante un periodo en la Nunciatura del Vaticano en Italia donde se encontraron los restos.

(EFE)