La ciudad de Mariúpol, en el sureste de Ucrania, centra la atención de la guerra con Rusia, en un asedio que se mantiene desde hace días y que tiene visos de prolongarse. Unas 400.000 personas han estado atrapadas en Mariúpol durante más de dos semanas en medio de intensos bombardeos que han cortado los suministros centrales de electricidad, calefacción y agua, según fuentes locales.

UCRANIA RECHAZA EL ULTIMÁTUM RUSO

Rusia llamó este domingo a las fuerzas ucranianas para que se rindiesen y abandonasen "sin armas" Mariúpol, algo que Kiev calificó de "delirio".

El ministro ucraniano de Defensa, Oleksii Reznikov, dijo hoy que la resistencia de Mariúopol, fuertemente bombardeada por los rusos hace días, está "salvando" a otras ciudades, como Dnipro, Kiev y Odesa, del recrudecimiento de una ofensiva contra ellas.

SIN PERSPECTIVA DE UNA REUNIÓN DE LÍDERES

Los avances en las negociaciones entre Rusia y Ucrania aún no son suficientes para una reunión entre los mandatarios de ambos países, Vladímir Putin, y Volodímir Zelenski, declaró el Kremlin.

"El grado de avance en las negociaciones, probablemente, no es tan deseado como se quisiera, ni como lo requiere la dinámica del desarrollo de la situación para la parte ucraniana", dijo el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, en su rueda de prensa telefónica diaria.

Zelenski afirmó este domingo que está "preparado" para negociar con su homólogo ruso, Vladímir Putin, para poner fin a las hostilidades en el país, pero descartó reconocer la independencia del Donbás y la soberanía rusa sobre Crimea.