Se veía venir. Después del escándalo, renunció el presidente de Volkswagen. Sí, alguien tenía que renunciar después de que la automotriz fuera tapa de diarios de todo el mundo tras descubrirse la manipulación de las emisiones de gases contaminantes en sus vehículos diesel en Estados Unidos.

El presidente de Volkswagen, Martin Winterkorn, presentó su renuncia tras una reunión del consejo de supervisión en la que, justamente, se tocaba el tema de la crisis. 

¿Qué dijo el ejecutivo? "Volkswagen necesita un nuevo comienzo, también en términos personales. Con mi dimisión dejo el camino libre". Avanzó: "Admito como presidente la responsabilidad por las irregularidades que se han encontrado en motores diesel y por ello he pedido al comité de supervisión llegar a un acuerdo para acabar mi función como presidente del consorcio", planteó el hasta ahora presidente del grupo.

Pero quiso aclarar que él no estaba metido en esas cuestiones oscuras. Adujo que daba un paso al costado “en interés de la empresa, incluso si soy consciente de que yo no hice nada mal".

De hecho, el consejo de supervisión de VW, un órgano supervisor típico de las empresas alemanas, aseguró que Winterkorn no sabía nada de estas manipulaciones.

"Estoy impactado por los acontecimientos de los últimos días, sobre todo, estoy impresionado por que una conducta errónea a esta escala sea posible en el grupo Volkswagen", sostuvo el ejecutivo, cuyo contrato finalizaba a finales de 2016. Consideró que la dimisión era "la única forma de ganar confianza”. Y se permitió ser positivo: “Estoy convencido de que el grupo Volkswagen y su equipo superará esta grave crisis".

La Agencia de Protección Medioambiental de Estados Unidos detectó una manipulación en las pruebas de certificación de vehículos diesel de Volkswagen a través de un software. ¿Cuál era el problema? Disfrazaba que emitían gases contaminantes hasta 40 veces superiores a lo permitido. Después de eso, Volkswagen reconoció que sí, que manipuló los datos de emisiones contaminantes de varios de los modelos diesel que comercializa en Estados Unidos. Ahora, podría enfrentar una multa de 18.000 millones de dólares.