Lo de Juan Martín Del Potro en los Juegos Olímpicos no para de sorprender. Después de obtener el bronce en Londres y estar casi tres años con poca actividad, el tandilense arrancó su participación en Río con un batacazo impensado: le ganó al número uno del mundo, Novak Djokovic. 

De ahí en adelante, fue todo gloria. Superó al portugués Joao Sousa y al japonés Daniel Taro, para encontrarse con el español Roberto Bautista-Agut en cuartos. En un partido duro, que sin embargo duró dos sets, DelPo logró imponerse por 7-5, 7-6. Los dos jugadores se quebraron el saque mutuamente varias veces, quedando siempre en igualdad.

En el tie break final, Juan Martín estaba 4-0 arriba y parecía que tenía el partido en el bolsillo. Pero Agut se repuso y lo igualó, agregándole suspenso a la definición. El tandilense afiló la diestra y lo cerró 7-4, lo que le otorgó el pase a semifinales. 

Lo que se viene no es fácil. En el próximo partido lo espera Rafael Nadal, uno de los mejores del mundo, que viene de ganarle al local Thomaz Belluci en dos sets a uno. 

En la otra llave de la seminal está Andy Murray, el británico defensor de la dorada, que para llegar a la final deberá enfrentarse al que gane del encuentro entre el francés Gaël Monfils y el japonés Kei Nishikori. Sea cual sea el resultado, Del Potro se posicionó con todo mérito entre los mejores del mundo. Por la grandeza de la hazaña, Juan Martín derramó algunas lágrimas de emoción luego de la victoria sobre Agut.