Pocas cosas hay más lindas que hacer “cucharita” en la cama. El contacto piel con piel, aseguran los expertos, libera oxitocina, hormona que está asociada al bienestar. También dicen que aumentan las defensas del organismo. Vamos, es simple: se siente bien. Si bien los abrazos horizontales suelen ocurrir en el marco de una relación de pareja, ahora también se pueden alquilar. Sí, porque existe The Snuggles Buddies

Esta empresa norteamericana propone sesiones de cariño, no de sexo (insisten en separarse del “oficio más viejo del mundo) por unos pocos dólares. 

Evan Carp es el fundador. Tiene 27 años y vive en New Jersey. No es muy sociable, pese a la empresa que creó. O precisamente, por eso la creó. La historia: desde los 18 años sufre de un complejo síndrome que lo hace sentir dolor crónico en sus brazos, piernas, manos y pies. Sufrió por años de depresión.

Cuando era joven, quiso estudiar medicina pero con su condición física, le resultó imposible esa carrera. Se dio cuenta, entonces, que el contacto humano le hacía bien, que era algo que lograba mejorar su salud y su estado de ánimo. Ahí salió la idea. Evan reconoce que su mentalidad es “la del cliente” de su propia empresa.

La empresa, que arrancó oficialmente en 2013, ya es casi un imperio. Porque tiene “sucursales” en 30 de los 50 territorios de los Estados unidos, también Canadá y hasta en Londres. Por ahora, siempre hay proyectos para ampliarse, claro. 

No, Evan dice que no es millonario pero que puede vivir bien. Es que si bien entre mucho dinero (el servicio se cobra unos 80 dólares la hora), gran parte de la llevan los “abrazadores profesionales” y después hay que pagar servicios web y publicidad. 

Si bien se trata de una red de trabajadores descentralizada, hay un “manual de abrazos horizontales” y una copia que cada abrazador profesional tiene del “Cuddle Sutra” (sí, sí, el Kamasutra de los abrazos, se entiende). 

Los agentes de The Snuggles Buddies (en su mayoría mujeres) cuentan que, si bien la mayoría de la gente que los solicita, opta por los abrazos (la cucharita es uno de los más pedidos), otros simplemente quieren hablar o cenar. Compañía, más allá de su forma de abrazo o no.

Para los cabeza sucia: no, no hay sexo involucrado. Son pocos, muy pocos, los casos de “tarjeta roja” en los que algún cliente se ve obligado a marcharse. La amplísima mayoría entiende que no es prostitución. Se trata de algo que va más allá del sexo: es la sensación de intimidad.  ¿Se logrará eso por apenas 80 dólares la hora? Sería cuestión de probar.