La derrota de México ante Brasil por dos a cero, en los octavos de final del Mundial de Rusia 2018, extendió una mala racha en instancias decisivas que lleva más de treinta años. Si bien se podrían buscar varios argumentos futbolísticas al fracaso del Tri en el cuarto partido de la copa, la explicación que más satisface al pueblo azteca es la famosa "maldición de Los Cachirules".

El conjunto mexicano alcanzó sólo dos veces los cuartos de final, en 1970 y 1986. Precisamente, en ambas ocasiones fue el país organizador. En la Copa del Mundo de hace 32 años, el equipo comandado por Hugo Sánchez alcanzaba los cuartos después de superar a Paraguay, Irak y Bélgica en primera fase y de imponerse a la modesta Bulgaria en octavos. Su participación se cerró con una derrota en los penaltis ante Alemania.

Luego del Mundial 86, que tuvo a la Argentina de Diego Armando Maradona como ganadora, los tricolores no pudieron alcanzar el quinto partido y los motivos de la mala racha tuvo origen en el año 1989.

En el final de la década del 80, la federación mexicana de fútbol fue protagonista de un escándalo internacional, cuando inscribió de forma irregular a 4 futbolistas mayores en la fase de clasificación para el Mundial sub 20 de 1989. El delantero José Luis Mata, del Atlas, sobrepasaba por cuatro años la edad límite; Gerardo Jiménez y José de la Fuente, ambos del Monterrey, se excedieron por dos años; y el capitán Aurelio Rivera del Tampico Madero rebasaba la edad por siete años.

Aquel episodio, que fue denominado como el caso de "Los Cachirules" (parche o remiendo mal hecho en la ropa), dejó automáticamente a México afuera del Mundial de Italia 1990. 

Tras la sanción, los mexicanos volvieron a jugar la máxima competencia del fútbol, pero jamás pudieron pasar los octavos de final: cayó ante Bulgaria en una sesión de penales (3-1) tras empatar 1-1 en 1998, ante Alemania por 2 a 1 en 2002, ante Argentina en 2006 (2 a 1) y 2010 (3 a 1), ante Holanda por 2 a 1 en 2014 y con Brasil por 2 a 0 este año.

Por esto, algunos aztecas consideran que el seleccionado tricolor está pagando las consecuencias de la "maldición de Los Cachirules".