Llegó el otoño y no avisó. Este viernes, los rosarinos que madrugaron se toparon con un termómetro desubicado: 11 grados. El fresco tomó algo desprevenido a los que, por ser febrero, salen con ojotas y remera sin mangas sin prestar mucha atención a los pronósticos. Lo único que ayudaba contra el fresquete era el cielo, despejado, sin una nube a la vista.

Si los expertos del Servicio Meteorológico Nacional están en lo cierto, hay que aprovechar este fin de semana para caminatas, picnics en parques, bicicleta y alguna de esas actividades. Se le puede dar descanso al río y la pileta, que se los viene usando desde diciembre.

Es que este viernes se esperaba una mínima de 13, ya superada por los 11 grados de la madrugada, y una máxima de 25. Con cielos mayormente despejados. Cualquier nube es pasajera.

En tanto que el sábado, no cambiará tanto el panorama. La mínima también está agendada en 13 grados, aunque la máxima subiría a 32. 

El tema es el inicio de la semana laboral. Es mejor estar sentado para escuchar el pronóstico. Lunes de 35 grados y martes de… 37.

Pero bueno, el aquí y ahora es el fresco que llegó para quedarse un par de días al menos, así que a disfrutarlo mientras dure. Aunque sea poco.