El Estado argentino quedó liberado del cumplimiento de la cláusula Rufo (Right Upon future Offers), lo que abre un nuevo marco para las potenciales negociaciones con los holdouts por la deuda en situación de default.

La cláusula Rufo era una de las disposiciones fijadas en el canje de deuda instrumentado en 2005, que obligaba al país por de 10 años a incluir a los tenedores de títulos reestructurados en cualquier nueva oferta que representara una mejora respecto a las condiciones establecidas originalmente. Es decir, si en algún momento la Argentina le mejoraba la oferta de restructuración a los fondos que no entraron en el canje -fondos buitres-, automáticamente los que sí acordaron su deuda ingresaban también en ella. 

A partir de este viernes 2 de enero, el gobierno nacional estará en mejores condiciones de negociar con los holdouts. Los analistas coinciden en que existe voluntad de diálogo para culminar de una vez por todas con el default, pero sin que esto represente un apuro en la estrategia negociadora. 

El país deberá saldar este año unos 11.300 millones de dólares de vencimientos de deuda con acreedores privados, de acuerdo a los datos oficiales. Por eso el 17 de octubre es clave: el ministerio de Economía deberá saldar 6.200 millones de dólares correspondientes al Boden 2015, el vencimiento más importante del país este año, y un canje exitoso de ese instrumento daría más espaldas para negociar con los holdouts. 

Mientras el juez de Nueva York Thomas Griesa siga bloqueando el pago de los bonos del canje, Argentina continuará depositando esos vencimientos en cuentas de Nación Fideicomisos, como ocurre desde septiembre.