Rosario Central comenzó el torneo con el pie derecho, tras obtener un valioso triunfo en la cancha de Racing, el último campeón del fútbol argentino.

El conjunto de Coudet, mostró personalidad y una idea de juego, de presión alta, con claras intenciones de recuperar el balón en terreno rival y a partir de allí, gestar el juego por abajo de forma vertical aprovechando la velocidad de Aguirre y Cervi. Por momentos, el equipo canalla con el resultado a favor, resignó demasiado la posesión de la pelota y careció de un juego horizontal y pausado para mantener la pelota y cuidar el marcador a favor. Quizás uno de los puntos a corregir de acá en adelante.

Cabe destacar la tarea de algunos jugadores como Barrientos, manejando los hilos del equipo. La buena tarea del colombiano Gómez Andrade al igual que la de Donatti mostrando seguridad en la última línea. A Marco Ruben se lo vio muy bien, metido al servicio del equipo para presionar y aguantar la pelota. Pero todos los aplausos se los llevó Franco Cervi, que nadie entiende cómo tiene sólo 4 partidos en primera división

Central mostró una idea de juego. Al menos planificación . Algo  que carecía en los últimos 2 años.

 El panorama en Newell`s comenzó diferente. La puesta en escena del equipo de Gallego distó mucho de lo trabajado en la pretemporada. Los errores defensivos, individuales y colectivos, fueron demasiados. De mitad de cancha en adelante la lepra posee un potencial que debe ser respaldado por un equipo consistente.

“Un equipo no es ni ofensivo ni defensivo, es organizado”. La frase pertenece a Mourinho y es una exacta definición de lo que busca el Tolo Gallego.

Las dudas que se platean pasan por saber si se cuenta con los elementos necesarios para lograr esa idea. Si los refuerzos que llegaron pueden enriquecer  al plantel en una zona neurálgica.

El proceso Martino ya es historia,  exitosa por cierto. Hoy está en marcha un replanteo  en la idea de juego. Y como todo cambio requiere de tiempo y paciencia. Un bien muy preciado y escaso por estos tiempos.