Tras la conmoción que generó la noticia de un intento de secuestro de una nena en zona sur, comenzaron a trascender otros casos con características similares. El problema radica en que la gran mayoría son denuncias no asentadas oficialmente, que circulan de boca en boca. 

Tal como difundió Rosarioplus.com, el sábado pasado por la tarde Anabel se encontraba junto a su marido en la puerta de su casa cuando un hombre intentó secuestrar a su hija, que andaba en bicicleta cerca de la puerta. En ese momento la mamá de la nena fue a la comisaría pero se encontró en una situación compleja porque le advirtieron la dificultad de comprobar el delito ya que no se había cometido. “La policía minimizó la situación y eso me preocupa, porque otro puede pasar por lo mismo que yo”, manifestó.

Este martes por la mañana, la mujer denunció formalmente en la fiscalía el intento de secuestro y señaló que muchas personas le advirtieron que no hablara por medio a represalias. “La gente no denuncia en casos similares y todo queda en el mito urbano”, lamentó y pidió que quienes tengan información sobre este tipo de casos los denuncien para que se pueda llevar un registro. Desde la fiscalía se comprometieron a analizar las cámaras de seguridad del barrio y comunicarse con la denunciante en diez días.

Historias de boca en boca

Anabel contó que este fin de semana le llegó información de un caso con demasiadas similitudes: un hombre a bordo de una Fiat Fiorino intentó llevarse a un nene, en zona oeste. “Cuando pasó lo de mi hija, mi vecina le comentó a su primo, quien trabaja en el 911 recibiendo llamados y enviando los móviles. Este viernes su mujer me habló: parece que el mismo sábado intentaron secuestrar a otro chico, en la zona oeste”, relató la mujer, aún en shock por lo que debió vivir su familia.

Un dato clave: la mujer del empleado del 911 le contó a Anabel que se trataba de una camioneta nueva que tenía los vidrios rotos. “Esa descripción coincidió mucho con nuestra experiencia porque mi marido había roto el vidrio de la ventana y el espejito de la camioneta para frenarlo apenas vio que el señor quiso secuestrar a nuestra hija”, puntualizó Anabel.

Pero hay más. Anabel es docente en dos colegios. Cuenta que, tras saberse del intento de secuestro de su hija, muchas madres y docentes se acercaron a ella esta semana y le manifestaron su preocupación por casos cercanos con características similares. “Algunas mamás me contaban casos similares que hubieran podido llegar a ser secuestros, y como fueron frustrados, pensaban que no podían hacer la denuncia”, detalló la docente.

“Tal fue el caso de la vecina de otra docente, que hace unos días estaba en la puerta de su casa en zona sur sosteniendo a su nene, y quisieron arrebatárselo”, contó. Otro caso fue el de una alumna de Anabel, que ahora es adolescente, pero su madre le contó que cuando tenía dos años, en la salida de la escuela ella estaba hablando con otras mamás y en un momento de distracción la nena apareció de la mano con una señora en la otra cuadra. “Apenas la vió, su madre la fue a buscar y la señora le gritó cosas y se fue”, resumió.

Mientras cuenta sus vivencias de una semana intensa, Anabel confiesa: “Estamos todavía muy aturdidos por lo que pasó, cada vez que vemos una Fiorino nos altera, me cuesta dormir y mi hija no quiere salir mucho”. Aunque con el correr de los días reconoció que con ayuda van volviendo a la normalidad.

Como Anabel es docente en dos escuelas y también madre, enfatizó en su interés en transmitir medidas de prevención a los alumnos para que estén atentos a estas situaciones de riesgo en la calle. “No quiero generar una alarma, pero ya que yo lo viví, porque vi al agresor, quiero transmitir los cuidados que los chicos deben tener en la calle, en los espacios públicos grandes, así como en las redes sociales, donde creen que no hay peligro de subir fotografías y comparten mucha información”.