Salvo que el sábado se produzca un resultado que precipite su salida, Américo Gallego dirigirá los dos partidos que quedan antes del receso. Pero su continuidad al frente del equipo en el segundo tramo del campeonato dependerá de cómo le vaya al equipo frente a Banfield y ante Boca. Mientras tanto, el horno no está para bollos y se hace sentir en la cocina leprosa.

Este martes por la tarde, luego del entrenamiento del primer equipo profesional, un grupo de veinte hinchas se apostó en el ingreso del complejo Bella Vista, en el extremo oeste, para reclamar por el mal momento del equipo. Después de insistir en hablar con alguien, pudieron hacerlo con el Tolo Gallego y Maxi Rodríguez. También estuvieron presentes el arquero Oscar Ustari, el defensor Coty Fernández y el secretario del club, Pablo Morosano.

El técnico, si bien recibió el respaldo público de la dirigencia, deberá generar un cambio profundo en la imagen del equipo, que es lo que verdaderamente está en discusión. Porque desde lo numérico, la Lepra se encuentra a seis puntos de los líderes (con la ayuda del partido que le dieron ganado ante Arsenal), pero los últimos rendimientos han dejado mucho que desear. 

Sin dudas que la caída ante Chacarita, que no la pasa bien en la B Nacional, terminó de poner bajo la lupa al DT oriundo de Morteros, pero hubo otros rendimientos que llevaron a que el entrenador hoy esté en la mira, como las derrotas ante Belgrano y Argentinos, y el mismo partido con Arsenal. 

Aunque no ha hablado con la prensa en las últimas semanas, Gallego le manifestó a la dirigencia sentirse confiado en revertir la situación. Ahora tiene dos partidos para demostrarlo.

El juez

Germán Delfino será el árbitro del cotejo del sábado a las 20.30 entre Newell’s y Banfield. El juez aún no dirigió a la Lepra en este torneo.