En Rosario se calcula que hay 80 mil propiedades vacías, una cifra que supera la cantidad de familias (50 mil) que no tienen un hogar. La problemática asoma como uno de los tantos coletazos de la desregulación del marcado inmobiliario que sufrió la ciudad en los últimos años.   

En Rosario hay más casas sin gente que gente sin casa, un fenómeno que se explica a partir de un plan urbanístico asimétrico: boom inmobiliario por un lado y crisis habitacional por el otro. Se estima que hay cerca de 80 mil viviendas vacías y más de 50 mil familias que no tienen donde vivir. Los coletazos de la desregulación del mercado inmobiliario, implementado con el pretexto de atraer inversores privados y modernizar la ciudad, alcanzan también a los alquileres: según un informe, el 30% de los hogares no posee los ingresos necesarios para afrontar el costo mensual sin que afecte severamente sus ingresos.

Los registros que lleva la Municipalidad de Rosario dan cuenta de un crecimiento exponencial del negocio de la construcción. En la última década se volcaron 6 millones de metros cuadrados de unidades para vivienda como herramienta de ahorro, según los datos de la  Dirección General de Obras Particulares. En total, se emitieron 14.836 permisos de edificación para construir sobre 6.073.000 m2. Este boom comenzó a experimentarse desde el segundo trimestre de 2006, cuando la cantidad de permisos saltó de 2.678 a 3.073 respecto al año anterior. 

En 2007, en pleno auge económico, el salto fue aún más abrupto. Se registró el pico más alto en la historia de la ciudad: se pidieron 3.324 permisos para edificar sobre 1.161.454 m2. Algo parecido sucedió en 2008: 3.170 permisos y 1.075.685 m2. "Aquellos años fueron un caos", reconoció en distintas entrevistas Eduardo González, subsecretario de Planeamiento Urbano.

De ahí en adelante, producto de la desaceleración de la economía, el ritmo descendió y se estabilizó en un promedio de 500 mil metros cuadrados utilizados para la construcción. En 2014, se pidieron permisos para levantar 630 mil metros cuadrados nuevos. De los 2274 permisos de edificación, el 85% se solicitó para la construcción de edificios. El macrocentro y las zonas sur y noroeste son los lugares donde más se construye. 

Decisión política

El periodista Carlos Del Frade, precandidato a diputado provincial por el Frente Social y Popular, sostiene que la génesis de esta problemática hay que buscarla en el "agujero negro de la década del 90" y en la decisión política del socialismo de "privatizar el espacio público de la ciudad". "El menemismo se tragó el trabajo de la gente en los barrios. Con la recuperación económica del 2003 aparece el fenómeno del boom inmobiliario, más ligado al lavado de dinero de la soja y el narcotráfico que a satisfacer la demanda de viviendas de la población", explica.

Para Del Frade, el poder político municipal es desde hace un tiempo un "administrador de los negocios privados". Bajo el pretexto de lograr una "Rosario cosmopolita", se desrreguló el rubro inmobiliario para atraer inversores que "modernicen" las calles de la ciudad. "Estamos ante una de las grandes obscenidades del socialismo. Rosario tiene hoy 300 inmobiliarias truchas donde se lava dinero. Esto lo que marca es que no hay voluntad política de frenar el negocio inmobiliario", subraya el periodista en diálogo con Rosarioplus.com

Según sus cálculos, Santa Fe tiene el "triste récord" de ser la segunda provincia del país con más déficit de viviendas: se necesitan 300 mil viviendas dignas pero hay 200 mil vacías. Del Frade avala la "expropiación" de aquellas viviendas que permanecen deshabitadas durante un tiempo prolongado.  
 "La constitución de la provincia dice que se puede expropiar todo bien de capital que no tenga función social. Sería bueno que se cumpla esto. Los departamentos que están más de tres años sin alquilar son para lavar dinero y por lo tanto el Estado debería expropiarlos". 

Los alquileres, otro dolor de cabeza

Los últimos relevamientos sobre el negocio de los alquileres desnudan las serias dificultades de los inquilinos para poder afrontar los gastos fijos de los inmuebles.  Según un informe del Centro de Estudios Igualdad Argentina, una entidad ligada al Partido Socialista, en la ciudad de Rosario el 30% de los hogares no posee los ingresos necesarios para pagar el alquiler del departamento más barato de un dormitorio sin que afecte sus ingresos. Se considera que esto ocurre cuando el precio del alquiler supera el 30% de lo que gana el propietario de turno.

Los números empeoran aún más cuando el departamento a alquilar es de dos habitaciones. El 40% de los hogares no tiene los ingresos necesarios para costear las viviendas más económicas de dos dormitorios. La cifra aumenta al 70% cuando el alquiler es de propiedades de este tipo pero de valor promedio en el mercado.  

A principio de año, el Centro de Estudios Metropolitanos Popular dio a conocer que en 2014 hubo un incremento del 32,8 por ciento en el precio de los alquileres de departamentos de un dormitorio y del 27,7 por ciento en los de dos dormitorios. La difusión del informe generó que el sector inmobiliario le pidiese a los propietarios "cesar con los aumentos indiscriminados". 

Otro informe, en este caso del Ministerio de Trabajo de la Nación, marca que desde 2003 a 2013 (una década) la suba de alquileres fue del 1000 por ciento, cuando el de los salarios en el mismo período llegó al 650 por ciento.