Los suplentes de Boca Juniors le dieron otra vez una clase de fútbol a los titulares de River Plate, al golearlos este sábado por la noche con un histórico 5-0 en el estadio Malvinas Argentinas de Mendoza, en el marco del segundo superclásico del año, que contó con cerca de 50 mil hinchas en las tribunas.

Los goles del conjunto que dirige Rodolfo Arruabarrena los convirtieron Franco Cristaldo, Sebastián Palacios y Andrés Chávez, a los 15, 22 y 30 minutos del primer tiempo, respectivamente, y Jonathan Calleri y Rodrigo Bentancur, a los 36 y 39 minutos del segundo, sucesivamente.

El conjunto que conduce Marcelo Gallardo sufrió las expulsiones del uruguayo Camilo Mayada a los 38 minutos del primer tiempo y de Carlos Sánchez y Teófilo Gutiérrez, a los 11 y a los 28 minutos del segundo tiempo respectivamente.  

El segundo superclásico del año tuvo un desarrollo entretenido y parejo hasta los 15 minutos iniciales y luego a un Boca contragolpeador y demoledor ante un River, endeble e irreconocible.

Arruabarrena dispuso un 4-3-3, con las líneas bien pegadas para no darle espacios a su rival, sin tanta presión como en el clásico de la semana pasada en Mar del Plata (triunfo por 1-0, con gol de Cristaldo), pero con una premisa clara: ser veloz y preciso para jugar de contraataque.

Gallardo, en tanto, diagramó un 4-3-1-2, con muchísima distancia entre las líneas, sin presión en la zona central y con muy poco juego de mitad de cancha hacia adelante.

Sin embargo, en el cuarto de hora inicial los dos equipos tuvieron sus chances: Boca con un remate del chileno José Fuenzalida a los 2 minuto y un centro desde la derecha de Luciano Monzón a los 9 minuto, que resolvió muy bien Marcelo Barovero; y River con dos disparos de larga distancia de sus dos centrales Jonathan Maidana a los 5 minutos y Ramiro Funes Mori a los 7 minutos, que encontraron estupendas respuestas de Guillermo Sara.

Pero pasado ese lapso del juego, Boca explotó al máximo las facilidades que le ofreció River en el fondo. Así un grosero error compartido entre Maidana y Funes Mori derivó en la apertura del marcador de Cristaldo, a los 15 minutos.

El volante, con un certero remate al ángulo derecho, le marcó su séptimo gol a River: cinco en las inferiores y dos en una semana en Primera División, aunque en clásicos de verano.

Antes hubo una patada de Leonel Vangioni sobre Palacios, a los 10 minutos, que derivó en la primera amonestación de la noche, con la carga de que el lateral de River lesionó en clásicos anteriores a Juan Manuel Martínez y Cristian Pavón.

Enseguida llegó el segundo gol, con un contraataque perfecto, comandado brillantemente por Chávez y definido con sutileza por Palacios, a los 22 minutos.

River, en tanto, tuvo el descuento en los pies de Funes Mori, pero otra intervención estupenda de Sara evitó la caída de su arco, 180 segundos más tarde.

Sobre los 30 minutos hubo devolución de gentileza: pase exquisito de Palacios y definición brillante de Chávez. El 3-0 sentenció el superclásico.

Y eso quedó aún más en evidencia, a los 38 minutos, con la ingenua expulsión del uruguayo Mayada, que tuvo un partido para el olvido, ya que 120 segundos antes se perdió el descuento increíblemente.

Esa media hora de juego fue una serie de contrastes: River hizo todo mal, porque falló en todos los aspectos del juego, y Boca, sin hacer todo bien (se apoyó en la seguridad -nuevamente- de Sara), lo vapuleó con una formula vieja, pero simple: contragolpear con rapidez, precisión y contundencia.

Gallardo, frente a este panorama, un 0-3 con diez jugadores, realizó tres cambios antes del inicio del segundo tiempo: Carlos Sánchez por Mora, Germán Pezzella por Maidana y Eder Álvarez Balanta por Vangioni, para intentar nivelar el desarrollo del juego.

Es que la defensa fue un espanto, pero el trabajo de los volantes Ariel Rojas, Matías Kranevitter y Mayada fue aún peor y el tridente ofensivo, Leonardo Pisculichi; Rodrigo Mora y Teófilo Gutiérrez, no aportó nada.

Sin embargo, el panorama se oscureció todavía más cuando, a los 11 minutos, el uruguayo Sánchez se fue expulsado por "hablar".

Pero Boca, con la ventaja en el marcador y númerica, se relajó y se dedicó a manejar la pelota, casi sin pisar el área rival, en los primeros 15 minutos. Es que 60 segundos más tarde lo tuvo Pablo Pérez, pero salvó Barovero.

Todo esto a partir de la conducción de Fernando Gago, que hizo expulsar a "Teo" Gutiérrez, pero con el apoyo de un extraordinario juego colectivo.

Boca, con los goles de Calleri, a los 36 minutos, y Bentancur, a los 39, no solo le dio un resultado categórico al superclásico, sino que además ratificó su paternidad sobre River: 45 triunfos, 37 empates y 36 derrotas en 118 partidos amistosos. Incidentes menores en las tribunas opacaron una verdadera fiesta boquense en Mendoza.