Las internas en el socialismo provincial no dan tregua desde hace meses y parece ser que el origen de las diferencias surgieron al momento de conformarse las listas. Al menos así lo expresó el candidato a diputado provincial Rubén Giustiniani, quien acusó al oficialismo de “armar las listas de manera arbitraria” desde la Casa Gris. No obstante los trapitos al sol, el actual senador nacional espera que si consigue encabezar la lista tras las Paso, el binnerismo lo acompañe en el bloque.   

Los meses anteriores al cierre de listas, o mejor dicho, a la conformación de las mismas, son los de mayor manija política y también los que más diferencias suscitan hacia dentro de los frentes o partidos. La disyuntiva Miguel Lifschitz o Mario Barletta, se encendió desde el primer momento, cuando el ex intendente de Rosario vio el avance del espacio liderado por Giustiniani, quien ante la expiración de su senaduría decidió retornar a disputar la legislatura provincial junto a un esquema con radicales.

Es allí, según el propio senador, que las diferencias emergieron. “¿Saben por qué presenté la lista? Porque Galassi dijo en un diario: ‘Esta es la propuesta, que Giustiniani haga lo que quiera’. Este fue el mensaje que se dio a la población por parte del ministro de Gobierno”, explicó a una semana de las Paso en diálogo con Radio Más, de Casilda. Lo que no comparte hasta hoy es la poca capacidad de debate y consenso que se produjo al interior del Frente Progresista. 

Claro, que la posibilidad de una unión tras las primarias levanta incertidumbres y temperatura. Al respecto, Giustiniani demostró dudas por lo que le puedan devolver desde el binnerismo. “Hace cuatro años acompañé la campaña electoral que siguió a la gobernación (pulseada interna que le ganó Antonio Bonfatti, ungido por Binner), así que espero que hagan lo mismo si me toca encabezar la lista”, deslizó.

Propuestas

A sólo unos días de las elecciones primarias, la campaña se agita porque “son días en los que la gente toma definiciones, se va interesando por ver qué se vota”. También es el momento de asentar los conceptos que los candidatos vinieron sugiriendo, como es el pedido de retorno de Gendarmería por parte del senador socialista.  

“El narcotráfico avanzó mucho. Somos tan argentinos los santafesinos como los porteños, que tienen un despliegue de más de 40 mil efectivos federales en sus calles. La Prefectura hace de agente de tránsito en Puerto Madero, o la Federal custodia restaurantes”, ironizó para explicar algo que sostiene desde fines de diciembre, cuando las fuerzas federales se replegaron por orden del secretario de Seguridad de la nación, Sergio Berni.

Al respecto, aclaró que les “parece un grave error político el acuerdo que hizo Bonfatti con el gobierno nacional de retirar esas fuerzas de Rosario”, pero aclaró que para comprender el narcotráfico no se debe soslayar el resto de la provincia, porque siguen estando los “lugares calientes como la ruta 33 o la ruta 7”.

Las medidas más relevantes presentadas contra esta problemática es la aprobación de la ley de un juzgado federal en Venado Tuerto, y la ley de Decomiso.

Pero el narcotráfico es sólo un bastión de la criminalidad. El delito común es el que mayormente preocupa a la ciudadanía, por lo que Giustiniani propuso en la entrevista concedida a la emisora casildense una profunda reforma de la policía, ya que según sus datos, el 40 por ciento del personal está dedicado a tareas administrativas mientras se lo necesita desplegado en la calle.

Giustiniani remarcó la necesidad de mejorar el control sobre la fuerza provincial. Por eso propone una auditoría civil externa permanente que elimine la corrupción, y “ser duros con quienes delinquen dentro de la policía”. A esto se le suma la conformación de un observatorio de la seguridad, con mapa del delito e inteligencia criminal. Y por último, y para completar los cuatro ejes propositivos, es la creación de  una agencia provincial de seguridad que quite las armas del mercado ilegal.