El cometa 67P/Churyumov, sobre el que aterrizó el módulo Philae de la senda Rosetta, es "rico en materiales orgánicos, con pequeños signos de agua congelada", es muy poroso y tiene mucho menos densidad de lo que se creía: su interior está vacío en un 80 por ciento, según los primeros datos analizados.

Así, pese a que el cometa de cuatro kilómetros de largo pesa unos 10.000 millones de toneladas, la baja densidad del astro le permitiría flotar en el mar, como un iceberg o una gran piedra pómez, coincidieron especialistas en medios de comunicación científicos.

"Los bajos valores de masa y densidad limitan fuertemente la composición y la estructura interna del núcleo, lo que implica (que tiene) una naturaleza relativamente suave, con una porosidad de 70 a 80%", destacó la publicación científica.

Entre los principales descubrimientos, la superficie del 67P está cubierta por mezclas complejas de material orgánico que contiene posiblemente ácidos carboxílicos, que también aparecen en los aminoácidos, componente esencial de la vida.

Estos compuestos orgánicos estaban presentes cuando el cometa se formó con materia primordial, hace más de 4.000 millones de años, señaló en la Sience el científico Fabrizio Capaccioni, del Instituto Nacional Astrofísico en Roma.

Según informó a través de su sitio web la Agencia Espacial Europea (ESA), a cargo de la misión, los científicos identificaron en el cometa "19 regiones separadas por límites distintivos" que fueron nombradas como deidades egipcias.

Además fueron identificadas cinco categorías básicas de tipos de superficie: cubierta con polvo; materiales frágiles con estructuras circulares; grandes depresiones; terrenos lisos; y superficies más consolidad, tipo roca.

Sin embargo, el cuerpo se acerca al sol, por lo que gran parte de los paisajes fotografiados cambiarán pronto o desaparecerán.

El Módulo Philae

La sonda Rosetta fue lanzada al espacio el 2 de marzo de 2004 y tras recorrer durante diez años más de 6.400 millones de kilómetros, el 6 de agosto entró en la órbita del cometa y el 12 de noviembre depositó en la superficie al módulo Philae, un pequeño laboratorio equipado con instrumentos para análisis científico.

El objetivo de la misión es realizar mediciones para ampliar el conocimiento sobre la formación del astro y la del Sistema Solar, con el fin de obtener obtener datos sobre el origen de la vida a través de moléculas orgánicas, ya que se cree que los cometas son los restos invariables más antiguos del disco de polvo que dio origen al Sistema Solar hace 4.600 millones de años.

La misión, cuyo fin estaba previsto para diciembre de 2015, podría extenderse durante un años más, según informó la ESA el miércoles.

Además, Philae podría "despertar" entre mayo y junio para continuar con sus estudios. "Esperamos que despierte, pero nadie puede garantizarlo", manifestó el director de Navegación Espacial Tripulada y Misiones de la ESA, Thomas Reiter, según informó la agencia DPA.