El Eurogrupo discute este sábado en Bruselas la nueva propuesta presentada por Grecia para alcanzar un acuerdo con los acreedores, aprobada esta madrugada por el parlamento heleno tras un debate que se evidenció la resistencia interna en la coalición gobernante por tener que votar un plan contrario a sus promesas de campaña.

El Eurogrupo, integrado por los ministros de Economía y Finanzas de los 19 países que comparten el euro como moneda, comenzó a debatir a las 13.30 (10.30 de Argentina) la solicitud efectuada el jueves por Tsipras, para un tercer "rescate" financiero, por un período de tres años y por 53.500 millones de euros.

Minutos antes de ingresar a la reunión, el presidente del Eurogrupo, el holandés Jeroen Dijsselbloem, anticipó que será una reunión "muy difícil" porque "las reformas griegas no serán suficientes" para otorgar una ayuda financiera suplementaria a Atenas porque "hay un problema de confianza entre Grecia y sus socios europeos".

Asimismo, otros integrantes del Eurogrupo vaticinaron que será una sesión "larga", en palabras del ministro italiano de Finanzas, Pietro Carlo Padoan, y en la que si logran alcanzar un acuerdo, podría desconvocarse una de las dos reuniones de jefes de Estado y de Gobierno previstas para mañana, informó la agencia de noticias EFE.

La propuesta, aprobada en la madrugada por 251 votos a favor, 32 en contra y 8 abstenciones, promete a las instituciones acreedoras -la Comisión Europea, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI)- recortes en jubilaciones y subas de impuestos, algo muy similar a las que esos organismos solicitaron a Grecia y que esta rechazó antes de convocar el referéndum del pasado 5 de julio.

En el prolongado debate parlamentario, el Ejecutivo heleno vio seriamente dañada su mayoría por el desacuerdo de algunos diputados que votaron en contra, se abstuvieron o decidieron no acudir a la sesión.

Si bien el proyecto fue aprobado por amplia mayoría, hubo dos ministros de Syriza que votaron en contra, ocho que se abstuvieron y otros, como el ex ministro de Finanzas, Yanis Varufakis, quien renunció esta semana, que no acudieron al pleno.

Por otro lado, los partidos de la oposición pro europea apoyaron las medidas.

Varufakis, quien argumentó no asistir al recinto por motivos personales dejó, una carta dirigida a la presidenta de la Cámara en la que aseguraba que de haber podido estar presente, hubiera votado 'sí', pero su voto no fue contabilizado porque las reglas no permiten votar a distancia.

El ministro de Energía y líder de la corriente más izquierdista de Syriza, Panayotis Lafazanis, la presidenta del Parlamento, Zoé Konstandopulu, y el ministro adjunto de Seguridad Social, Dimitris Stratulis, fueron tres de los miembros más destacados que se abstuvieron.

La jornada de ayer comenzó con un discurso de Tsipras en el que reconoció que las medidas iban en contra de las promesas de campaña pero que había que aceptarlas porque el país no tiene otra alternativa y llamó a sus filas a brindar un apoyo "cerrado" a las decisiones "importantes" que debe tomar el gobierno.

Pese al pedido del premier, las disidencias dentro de la coalición se hicieron oír como en el caso de Konstandopulu, quien dejó claro durante el debate parlamentario que iba a abstenerse.

"La gente dio la confianza al gobierno para que la libere de las cadenas del memorando (programa de rescate)", dijo Konstandopulu y aseguró que los prestamistas "están chantajeando" al Ejecutivo, por lo que afirmó que no podía apoyar el contenido de la propuesta.

Ante el anuncio de que algunos de los diputados de Syriza no iban a secundar el mandato, Tsipras llamó de nuevo a la unidad.

Afirmó que el procedimiento era necesario para que el ministro de Finanzas, Euclides Tsakalotos, tuviese el máximo apoyo de cara a obtener el mejor resultado posible y calificó el voto de los miembros del Ejecutivo como "el mínimo de confianza que se puede mostrar hacia el gobierno y el primer ministro".

Pero sus palabras no sirvieron para frenar a los más descontentos que finalmente materializaron su rechazo a la propuesta justificando su decisión en querer evitar la aplicación de más medidas de austeridad.

"Apoyo al gobierno pero no apoyo un programa de austeridad neoliberal, desregulación y privatizaciones, que, de ser aceptado por las 'instituciones', y en la práctica, va a alimentar el círculo vicioso de la recesión, la pobreza y la miseria", dijo en un comunicado publicado tras la sesión.

Fuentes gubernamentales vaticinaron cambios en el gobierno en los primeros días debido a la situación problemática que se ha creado con la aprobación de las medidas.

"Lo que importa ahora es el resultado positivo de la negociación. Todo lo demás, en el tiempo", dijo Tsipras en un comunicado emitido tras la votación, y destacó que la Cámara dio al gobierno "un mandato fuerte para completar la negociación y alcanzar un acuerdo económicamente viable y socialmente justo con sus socios".

(Telam)