La semana cierra su capítulo de inseguridad -al menos, hasta ahora- con dos asaltos que compartieron la característica de que sus autores acecharon y siguieron a sus víctimas, y también la contundente violencia ejercida para llevarlos a cabo.

Primero ocurrió en una fábrica metalúrgica de Junín y Provincias Unidas, en barrio Larrea. Un empleado sufrió un cuchillazo en el pecho, a manos de uno de los cuatro delincuentes que asaltaron el lugar a media mañana, para escapar luego con 80 mil pesos.

La rapidez en llamar al 911 y las imágenes del circuito de cámaras de la fábrica facilitó la búsqueda policial de los ladrones. Dos de estos fueron atrapados en las inmediaciones. Los otros dos no, y el dinero tampoco apareció. Los dos detenidos fueron conducidos a la seccional 17ª.

Lejos de allí, en el barrio Pichincha, dos hombres asaltaron al conductor de un auto, y no dudaron en descerrajar un disparo para romper un vidrio del vehículo y llevarse un portafolios, a dos cuadras de la comisaría 3ª.

El atraco ocurrió pasadas las dos de la tarde de este viernes, en Güemes al 2000, cuando los atacantes sorprendieron a un hombre de mediana edad que se disponía a ingresar con su automóvil en una cochera de la cuadra. Vecinos relataron a Radio Dos que la víctima se asustó al escuchar el disparo y el estallido de la ventanilla del lado del acompañante. Uno de los ladrones había tirado con el propósito de romper el vidrio, estremecer a su presa y arrebatarle el maletín. El pistolero remató su instantánea acción con un culatazo que le abrió un corte en la cabeza del hombre.

Por las características del hecho, se cree que los motociclistas venían siguiendo al hombre con su maletín, y que dieron el golpe cuando estaba concentrado en ingresar a la cochera.

Según las declaraciones de los vecinos a la radio, el primer patrullero llegó más de media hora después.