Se viene el cierre de campaña y ahí nomás, las elecciones que definirán el futuro de Rosario y la provincia. Para Mónica Fein el tiempo transcurrido luego de las Paso sirvió para generar una estrecha relación con sus rivales en las primarias, lo que cambia el panorama para las generales del próximo domingo. Y mientras viaja de un lugar a otro de la ciudad para sus actividades institucionales y de campaña, la intendenta contó que realiza una fiscalización sui generis a través de la ventanilla del auto oficial que la traslada. “Voy mirando si las calles están barridas, la gente que está esperando el colectivo, cómo van los colectivos, el pavimento, y voy enviando mensajes a mis secretarios según cada tema que voy viendo. Aprovecho las salidas para eso, me siento una inspectora”, chanceó en diálogo con Leo Ricciardino, por Sí 98.9.

“Escuchamos a la gente. Por eso convocamos a Pablo Javkin y a María Eugenia Schmuck y nos pusimos a trabajar”, destacó la intendenta en el programa Ya fue. Pese a las rispideces y cruces que existieron entre los diferentes componentes del Frente Progresista Cívico y Social, todos los referentes del partido decidieron marchar juntos rumbo a las elecciones del 14 de junio. Tuvieron que hacerlo para no abrir flancos ante la amenaza electoral que les deparan sus competidores Ana Martínez y Roberto Sukerman.

Fein agregó: “Es importante que el  Frente se haya consolidado y que Lifschitz sea seguramente el futuro gobernador”.

La mandataria municipal tuvo palabras de elogio para su antecesor. “Esta ciudad tuvo a un intendente que hizo mucho por la ciudad y seguramente lo va a apoyar para que juntos podamos concretar muchos de los sueños que tenemos”, dijo.

Respecto de lo que falta por hacer, Fein recalcó que “siempre quedan cosas” y sentenció: “Esta no es una ciudad que se maneja a control remoto. Para gobernar se necesita experiencia y propuestas porque hay que tomar decisiones todos los días”.