Federico Molinari transita un 2015 de agenda cargada y para que todo se haga más llevadero nada mejor que una medalla de oro en el pecho. Este sábado, el gimnasta nacido en Rosario se quedó con el primer lugar de anillas en la Copa del Mundo de Anadia, Portugal, y manifestó toda su alegría en diálogo con Rosarioplus.com minutos después de la consagración. Ahora la mira está puesta en los Panamericanos de Toronto, pero las exigencias seguirán hasta llegar al objetivo final: Río 2016.

“La importancia de lo conseguido en Portugal pasa por saber que se está en un buen nivel y da tranquilad para llegar bien a Toronto. Ahora buscaré el podio en los Juegos Panamericanos, aunque no será nada fácil”, analizó Molinari.

La prueba en Canadá se desarrollará en el próximo mes de julio y el rosarino ya sacó chapa de candidato ya que en Portugal superó “a dos de los que serán mis rivales directos en Toronto”, dijo. Con un puntaje de 15,275 en la final, Molinari terminó por encima del cubano Manrique Larduet (14,825), y Tommy Ramos, de Puerto Rico (14,775).

Para el finalista en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 “el objetivo es Río 2016, pero ahora sólo me enfoco en Toronto”.

Antes de la gran prueba en Norteamérica, el seleccionado argentino irá a Colombia para competir en el Sudamericano de Cali. Más tarde, en octubre, el equipo viajará a Glasgow, Escocia, para el Mundial, que además es clasificatorio a los Juegos Olímpicos.

“Nos acostumbramos al apoyo de la Nación”

La falta de ayuda para ciertos deportistas amateurs parece ya ser cosa del pasado. La selección de gimnasia artística tiene, desde 2010, la tranquilidad de contar con una beca que les permite enfocarse en entrenar y competir. Molinari lo agradece y espera que no se pierda esa costumbre.

“Estamos muy bien, las becas, la obra social y el sponsoreo son fundamentales. Competimos tranquilos. La verdad que nos acostumbramos al apoyo por parte de la Nación y esperamos que siga”.

Un Canaya en Portugal

Ni la emoción que produce ganar una Copa del Mundo le hizo olvidar a Molinari que este sábado jugaba su club, Rosario Central. Apenas un par de horas después del festejo, se apuró en encontrar un bar con buena señal de Wi-Fi para poder seguir el partido del auriazul junto a su papá.