Mesa navideña: comer disfrutando, evitando los excesos y escuchando a nuestro cuerpo
La nutricionista rosarina Natalia Retamar habló en Si 98.9 y dio algunos consejos para que comer en estas fiestas no se convierta en una pesadilla. Poder ofrecernos alimentos que nos nutran y nos permitan vivir bien es el mejor camino.
Estar y verse saludable es un concepto integral que va más allá de la salud física. Gozar de buena salud implica también tener relaciones sociales que nos hagan felices. Y estar “nutrido” no tiene que ver sólo con lo que se ingiere, sino también con aquellos vínculos y situaciones que nos llenan y completan en todo sentido.
Dicho esto, y mientras transcurre el segundo de cinco fines de semana que posee el mes de diciembre, bien vale saber que privarse de asistir a un encuentro con familia o amigos y pasar un momento agradable para no romper la dieta traerá consecuencias en el estado de ánimo, y por ende, en la salud. O peor: concurrir a la comida con la vianda “permitida” o habiendo ya comido en casa antes de salir.
La nutricionista rosarina Natalia Retamar expresó al aire de Si 98.9 que cuando llega el calor la gente comienza a desesperarse por la figura. “Hay un montón de personas que se ven identificadas con esta manera de ver las cosas, aunque a mí me gustaría invitarles a ver su cuerpo de otra forma, de una manera más amoroso y aceptando las diferencias, las diversidades corporales, usando las prensas que les gusten sin responder al modelo hegemónico de cuerpo que se espera tener”, analizó.
Para la nutricionista es saludable aceptar nuestras diversidades corporales pero estando presente la reflexión de cómo nos alimentamos y cómo nos sentimos en función de las elecciones alimentarias que hacemos, porque por un lado “está la cuestión estética y de querer encajar y por otro lado está cómo uno percibe su cuerpo”.
En cuanto a estas fiestas y qué comer Retamar aconsejó “conectar con el cuerpo desde las manifestaciones que el cuerpo va indicando es vital para poder ofrecerle alimentos que lo nutran y nos permitan vivir bien, sabemos que no solamente comemos por nutrición, la mayoría de las veces lo hacemos por cuestiones culturales”.
“Yo invito a cada uno que ponga en la balanza qué es lo que quiere, te la podes dar con carnes y alcohol, con alimentos con mucha grasa, que por cierto son muy sabrosos y que nuestra cultura nos ha hecho gustar mucho de ellos, pero vuelvo al cuerpo y lo que me dice después de haber consumido eso, cómo me siento energéticamente, con qué vitalidad porque entonces naturalizamos el malestar”, ejemplificó.
Ya en modo de propuesta alimenticia la profesional sugirió que los alimentos que se consuman sean del agrado de la persona ya que se trata de un acto placentero, “es lindo disfrutar de los alimentos y con las personas que uno quiere estar”, por eso el foco tiene que estar puesto en “comer con tranquilidad, masticando bien y si se tiene ganas de tomar una copa se toma, pero evaluando la cuestión de los excesos porque pueden ser después la causa de nuestro malestar”.
Planificar mejor el menú
En la reunión familiar ¿quién lleva la entrada? ¿Quién el plato principal? ¿Quién el postre? Si hay muchas opciones de cada cosa uno tiende a tentarse de probarlas todas. La disponibilidad es la medida del consumo.
Algunos platos posibles: dips de verduras (palta/pimientos etc) y/o de legumbres (garbanzos/lentejas etc) de entrada. Para el plato principal carnes magras con ensaladas frescas de distintos colores y legumbres, y ensalada de frutas con helado de postre.
Al comer, practicar la alimentación consciente
El cerebro necesita entre 20 y 30 minutos para registrar que está realmente lleno si se come más rápido, no se le está dando al cuerpo el tiempo suficiente para sentirse saciado y se va a consumir de más.
Algunos consejos para lograrlo son: usar un plato más chico, servirse sólo la cantidad que se va a comer, cortar la comida en trozos más chicos, evitar llevarse grandes bocados a la boca, y reducir la velocidad masticando bien cada bocado (entre 20 y 30 veces), dejar los cubiertos entre cada bocado y hacer un esfuerzo consciente para estar presente en la mesa y concentrarse en disfrutar la comida.
Manejar las expectativas
La comida entra por los sentidos y en las fiestas se suman más estímulos para comer y beber. Si programamos las cantidades podremos manejar mejor las porciones y así comer rico y disfrutar de la comida, ya que en realidad lo que engorda es el exceso.
Durante los días previos, incorporar más fibra y proteínas
Se trata de alimentos que aportan saciedad. Tratar de servir una porción de ensalada o verduras en el plato primero, antes de servir cualquier otra cosa, e incluir una fuente de proteína magra en cada comida”, tanto en los días anteriores como los posteriores a las Fiestas, es conveniente hacer las cuatro comidas (desayuno, almuerzo, merienda y cena), tomar al menos dos litros de agua.
Aquí el audio de la nota completa.