Franco Rossi tiene 21 años y es oriundo de la localidad de Chovet, en el departamento General López. Desde pequeño compartió con sus abuelos maternos el amor por sembrar, cosechar y consumir su propio alimento, transformándolo hoy en un modo de vida. Esa curiosidad a la que le sumó pasión, lo acomendó en la creación de un vivero propio, donde cultiva todo tipo de semillas.

“Comencé hace cuatro años produciendo tomates por una cuestión de necesidad de adolescente, y confesó después: “Ahí recordé lo que sabía hacer, que lo heredé de mis abuelos maternos, que toda la vida estuvieron vinculados a la huerta”.

Con el tiempo este inquieto joven se fue vinculando con el mundo de la genética, gracias a eso después de haber terminado el secundario, comenzó sus estudios en Rosario en la tecnicatura superior en genética, y este año recibirá su título. “Decidí seguir por el rubro de las semillas, pero el día de mañana me gustaría trabajar en cereales y dejar el mundo de las hortalizas”, sostuvo Franco, y reconoció: “Mientras tanto, disfruto de hacer esto con las hortalizas”.

“Tuvimos un comienzo muy positivo, mucho más de lo esperado”, relató el vecino chovetense sobre la venta de semillas a quince provincias diferentes y el buen recibimiento en Catamarca, donde alcanzó los mil paquetes vendidos. “Esperemos que sean muchos más”, expresó con mucha felicidad.

“Creo que es muy positivo que cada persona pueda producir su propio alimento, por una cuestión más saludable, y segundo porque no hay como lo que se produce en casa, tiene otro sabor. Además, el placer que genera cosechar y alimentarse en relación a lo que uno mismo siembra”, reflexionó, respecto a su labor, que recibió el reconocimiento de toda una región a raíz de su esfuerzo y dedicación.