Se hizo un hueco en Hollywood gracias a sus primeros papeles como galán de abdominales y gestos caballerosos que conquistaba a todas las chicas en la pantalla grande.

Pero el tiempo pasó, y ahora Matthew McConaughey sorprendió a todo el mundo con unas imágenes que nada que ver con su habitual imagen.

Que nadie se asuste, porque hay una explicación. El ganador del Oscar por Dallas Buyers Club aceptó un nuevo reto para protagonizar la película Gold (en la que interpreta a un empresario fracasado que se une a un geólogo para adentrarse en la selva de Indonesia en busca de yacimientos de oro), y tuvo que engordar 23 kilos.

“Engordar fue fácil y divertido: hamburguesas, cerveza, todo lo que quise. Durante seis meses dije que sí a todo. La noche de pizza podía ser cualquier noche, y si mis hijos querían ir a jugar al bowling en una noche de colegio, decía que sí también. En mi familia me apodaron ‘Capitán de la diversion’. Fue muy divertido y te diría que mi familia extraña que sea un culo gordo”, confesó el actor en una entrevista a ET Canadá.

Matthew, que ya recuperó su figura, aseguró que el momento de la dieta no fue muy agradable. “Ayuné durante 10 días solo para poner en marcha mi cuerpo“, reconoció. Para completar el régimen, hizo mucho deporte: bicleta, running y surf.