Las últimas horas en Newell's se convirtieron en el argumento de una mala novela, de esas que se venden en las góndolas de ofertas en las librerías. Tras la derrota ante San Lorenzo por 1 a 0, la tercera consecutiva, y luego de algunas declaraciones polémicas, Juan Manuel Llop quedó en la cornisa.

Pero su salida no es sencilla: la comisión directiva (o al menos una parte) ya no lo quiere, la gente en las redes sociales le pide que de un paso al costado, pero el DT se aferra a su cargo y no da el brazo a torcer. Y la instancia de que sea despedido no corre por una cuestión meramente económica.

Este domingo por la tardecita, una parte de la dirigencia -entre los que no estuvieron el presidente Eduardo Bermúdez y el vice Cristian D'Amico-  convocó al Chocho a una reunión en la que le pidieron que de un paso al costado.

Pero el encuentro fue breve: el DT dijo que no piensa en renunciar, que se tiene fe y que cree que puede revertir la mala racha con un triunfo el lunes de la próxima semana ante Temperley, en el Coloso.

La respuesta, esperada a partir de las declaraciones del DT tras la caída ante San Lorenzo, dejó sin margen de maniobra a los dirigentes, que le pidieron a Llop tiempo hasta el lunes para analizar la situación.

Pero la realidad para este Newell's es una sola: el juez Fabián Bellizzia no autoriza una erogación de dinero de las arcas del club del Parque Independencia para pagarle una indemnización al DT.

Al firmar su contrato, Llop arregló una cláusula de rescisión de entre 4 y 5 millones de pesos. Una cifra impagable para las raquíticas arcas del Rojinegro. Así, Llop sobrevive pese a todo y este lunes espera estar en Bella Vista entrenando al primer equipo, aunque con una legitimidad absolutamente erosionada.