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No fue por nada ligado al folclore prontuarial que suele relacionarse a las barras bravas de fútbol, ni a la historiografía delictiva reciente de Rosario lo que puso a Andrés "Pillín" Bracamonte en un expediente judicial este miércoles como imputado penal. Pero sí una fiscal -Luciana Vallarella, de la Oficina de Violencia de Género- imputó al jefe de la hinchada canalla por dos hechos de amenazas simples contra su ex pareja y madre de sus hijos.

La resolución alude a una pelea conyugal ocurrida el 27 de marzo pasado, al atardecer. Un vocero judicial relató que Bracamonte y su entonces compañera estaban en la vivienda que compartían. Ella le planteó su intención de concluir la relación de pareja y entonces él la amenazó de muerte por manifestarle eso.

La información oficial relata que el segundo hecho ocurrió el 19 de octubre pasado al mediodía. Bracamonte estaba a bordo de una camioneta frente a la vivienda, y en esas circunstancias volvió a reiterar la amenaza a la mujer.

La señora, no obstante, radicó la denuncia penal que hoy desembocó en la imputación formal contra el popular hincha de Central, cuyo último conflicto con la ley había sido una detención en Lanús, en setiembre pasado, en la previa del partido entre el Canalla y Talleres de Córdoba, por Copa Argentina. 
 
El juez de Primera Instancia Mariano Aliau aceptó la calificación presentada por la Fiscalía y dictó con reglas de conducta con prohibición de salida del país, firma quincenal en la Oficina Gestión Judicial por el plazo de 3 meses y prohibición de acercamiento a un radio de 500 metros y prohibición de contacto por cualquier medio hacia la víctima.