La ciudad es pionera nacional en realizar y en legislar abortos no punibles. En 2023 cumplirá diecinueve años de vehiculizar la decisión de las mujeres y personas gestantes en su deseo de interrumpir un embarazo. Desde que abortar en Argentina es ley, se destacó que la aplicación de la Interrupción Legal del Embarazo (ILE) en el sistema de salud logró concientizar a los profesionales de salud sobre este derecho y fue fortalecido el servicio de atención.

La coordinadora del Área de la Mujer, Salud, Diversidad y Género de la Secretaría de Salud municipal Marcela Abello fue consultada por los avances en el trabajo cotidiano, que “fueron enormes” así como por los números. “Rosario lleva contabilizados, sólo en el Cemar, un total de 689 intervenciones: 333 a lo largo del 2021 y 356 hasta el 27 de diciembre de 2022”. A estos se suman números elevados de intervenciones ambulatorias en el territorio.

En Rosario, las interrupciones voluntarias del embarazo son una política de salud de prioridad, con equipos interdisciplinarios que funcionan de manera aceitada y no frenó con el encierro de la pandemia. En este sistema, los abortos se abordan a partir de dos estrategias de atención primaria: la aplicación de Misoprostol y la cirugía ambulatoria de aspiración manual endouterina (AMEU) en hospitales del segundo nivel de atención. Estos dos métodos garantizaron una disminución constante de las hospitalizaciones.

El 80% de los abortos se resuelven de forma ambulatoria y con Misoprostol, en los centros de salud cercanos a los hogares de las mujeres. De esta forma, prácticamente no se registran complicaciones. Esto significa nada menos que la salud pública actúa rápidamente, porque “les dan turno de ecografía para saber en qué semana de gestación están y luego se consensúa el método”.

Durante el aislamiento por el Covid, los centros de salud trabajaron al pie del cañón acompañando a quienes necesitaron abortar, acercando el método a sus hogares. Y por otra parte, “en la atención de más de ocho semanas se realizan en consultorios del CEMAR, donde son derivadas desde los centros de salud de sus barrios en un circuito interno”, aclaró Abello en diálogo con Rosarioplus.com.

“Lo que trajo la Ley ILE fue concientizar al cuerpo de médicos de la salud pública y de esta forma lograr un mejor asesoramiento a las mujeres. También se aceitó el servicio de especialistas que se dedican a hacer las AMEU en las maternidades del Roque Saenz Peña, Martin y Alberdi", detalló. Aquellas mujeres que tienen condiciones preexistentes -por ejemplo hipertensión- se internan en el HECA, que tiene un servicio más complejo para su atención.

“Según la situación de salud de la mujer, el avance de ese embarazo y su decisión, se decide qué procedimiento, puede ser cirugía ambulatoria o internación. Y la accesibilidad en cada efector se fue mejorando con la nueva ley, tanto en instituciones como en los centros de salud”, enfatizó.

Abello adelantó que “para el comienzo de 2023 se está avanzando en aceitar al servicio de profesionales dedicadas a IVE (embarazo en el primer trimestre) e ILE (a las 14 semanas), en un armado de equipo dedicado en exclusiva a estas intervenciones”, ya que las clínicas y tocoginecólogas se dedican tanto a esto como a la atención general de sus especialidades.

Casi dos décadas en la ciudad pionera

El primer aborto no punible del que se tiene registro en el Sistema de Salud municipal fue realizado en 2004 en el Roque Sáenz Peña. En 2005 se adhirió a la guía de mejoramiento en la atención post aborto del Ministerio de Salud de la Nación, y ya para junio de 2007, en Rosario se sancionó la Ordenanza 8.186, producida y promovida por MAR, la red de Mujeres Autoconvocadas de Rosario.

Esta ordenanza cuenta con siete artículos que definen que “la mujer no debe ser discriminada y que debe recibir atención humanizada, rápida y efectiva, desde una clínica ampliada”. Desde entonces, se garantiza que en ningún caso de interrupción voluntaria del embarazo se requerirá la intervención o autorización de autoridad judicial o administrativa.

"Es a través de estas prácticas, del acceso al misoprostol y a otras como la aspiración de membranas endouterinas (AMEU), que nosotros dejamos de ver muchos años, esos síndromes severos con grandes complicaciones y secuelas en la vida de la mujer que incluso en algunos casos le provocaba el fallecimiento", precisó el secretario de Salud Leonardo Caruana cuando fue convocado en el debate como expositor en el debate por la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo en el Congreso en 2018.