Un informe publicado en abril de 2018 por el Banco Interamericano de Desarrollo llamó la atención sobre las brechas de género en ciencia, tecnología e innovación en América Latina y el Caribe. Brecha que se ha ido reduciendo en las últimas décadas pero que aún sigue vigente. Esto se comprueba en la presencia femenina reducida en ciertas disciplinas de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas y en ámbito de trabajo de tecnologías de la información y la comunicación. Más allá de que el desarrollo científico avanza, las nuevas tecnologías emergen, las viejas estructuras patriarcales se siguen arrastrando solapadamente y configuran incluso las nuevas industrias.

Woman in Games es una agrupación que busca fomentar la participación de mujeres en el ámbito de los videojuegos y a su vez promover la diversidad e inclusión en la industria. En diálogo con Rosarioplus Florencia Fole, una de las embajadoras de la organización, Vice Presidenta de la Asociación de Desarrolladores de Videojuegos Argentinos (ADVA), siendo la única mujer en la comisión directiva, Directora de Desarrollo Comercial en Terra Localizations, empresa argentina liderada por mujeres que se especializa en la traducción de videojuegos a múltiples idiomas, y también conductora y productora del podcast Open World, planteó las particularidad de una industria que aunque nueva, tiene más años de los que aparenta y arrastra algunos viejos vicios propios del mercado.

"Lo primero que habría que hacer es mirar las estadísticas y comprobar que el mito que los videojuegos son cosa de hombres se empieza a desarmar. En el último relevamiento de DCG State of the Game in Industry Report 2020, que se realiza anualmente en San Francisco, Estados Unidos, indica que en el desarrollo de videojuegos participan un 75% varones y un 25% mujeres. Las cifras son alentadoras si se tiene en cuenta que en 2018, el desnivel era de un 80% de varones sobre un 20% de mujeres", aseguró. Aunque minoría las mujeres se vienen abriendo paso como consumidoras y desarrolladoras de videojuegos y nuevas tecnologías.

Ciencia, tecnología y mujeres: cuando la desigualdad condiciona el conocimiento

"La diversidad en los últimos años comenzó a ser un tema central en los principales eventos internacionales como GDC o E3, y es cada vez más claro que es relevante tanto desde el punto de vista creativo/narrativo, como desde el punto de vista comercial. Para que haya videojuegos más diversos se necesita que los equipos que los desarrollan sean más diversos, necesitamos generar modelos a seguir tanto dentro como fuera de las pantallas y consolas para incentivar a que más mujeres se sumen a la industria. Muchos de los publishers y estudios de desarrollo de videojuegos se manejan con un estereotipo como grupo de consumo: jugador joven, blanco, heterosexual de clase media/alta, en fin, privilegios por donde se lo mire", detalló Fole.

Esta falta de modelos a seguir y perfiles con los que identificarse que llevan a una constante negación de las mujeres como grupo de consumo son sin duda las principales barreras para aquellas que quieren desarrollarse profesionalmente en la industria de videojuegos, ya sea como programadoras, diseñadoras, periodistas, líderes o jugadoras profesionales.

"La falta de diversidad en puestos de liderazgo, en muchas oportunidades, puede llevar a las empresas a tomar decisiones que tal vez no respondan exactamente a las necesidades de las comunidades invisibilizadas, por eso es que también es sumamente importante no solo promover diversidad en puestos operativos sino también en los de mandos altos", planteó. 

Ciencia, tecnología y mujeres: cuando la desigualdad condiciona el conocimiento

Pero no todo está perdido asegura la desarrolladora: "Por suerte, aunque muy de a poco, hay equipos que están alejándose de ese estereotipo y están sumando avatars o personajes más inclusivos en sus narrativas, así como también armando equipos de trabajo más diversos y promoviendo a que mujeres ocupen roles de liderazgo".

Pero si estas desigualdades están presentes en una industria relativamente nueva, mucho más en el desarrollo de conocimiento científico que podríamos denominar tradicional. Desde la Secretaria de Ciencia, Tecnología e Innovación, su titular Marina Baima ilustró la situación con una serie de datos que muestras que la desigualdad en el desarrollo científico tiene distintas manifestaciones.

La Secretaria de Innovación provincial aseguró que "a nivel país, el 60% de las becas Conicet otorgadas son a varones, pero también quiénes dirigen esas becas en términos generales son colegas varones. La publicación, algo muy importante para la divulgación del conocimiento, está claramente desmarcada de una perspectiva de género. Otro desequilibrio que también se presenta es en Wikipedia. En esta enciclopedia en línea tan consultada como primer acceso a un tema, hay muchísimas mujeres científicas que no están representadas. Para darse una idea de esto, solo el 22% de los y las científicas nombradas son mujeres, el 78% restante son hombres". 

Las mujeres científicas presentes en esta composición gráfica: Hipatia, Marie Sophie Germain, Ada Lovelace, Marie  Skłodowska-Curie, Donna Theo Strickland, Jane Goodall, Katherine Johnson, Chien-Chiung Wu, Cecilia Payne-Gaposchkin, Ángela Ruiz Robles y Marie  Skłodowska-Curie.
Las mujeres científicas presentes en esta composición gráfica: Hipatia, Marie Sophie Germain, Ada Lovelace, Marie Skłodowska-Curie, Donna Theo Strickland, Jane Goodall, Katherine Johnson, Chien-Chiung Wu, Cecilia Payne-Gaposchkin, Ángela Ruiz Robles y Marie Skłodowska-Curie.

En este sentido Baima aseguró que "las realidades en torno al acceso de las mujeres al sistema científico provincial es similar a lo que ocurre a nivel a nivel país: hay más cantidad de mujeres científicas pero menor cantidad en los puestos superiores, es decir, que la toma de decisión sigue siendo un ámbito reservado para la masculinidad". 

Frente a este contexto desde la secretaría que dirige y de manera conjunta con la Secretaría de Estado de Igualdad y Género de la provincia, se lanzó el Programa de Ciencia, Tecnología e Innovación con perspectiva de Género con el objetivo central de promover la igualdad de género en los ámbitos de desarrollo del conocimiento no solo mediante el aumento de la participación de mujeres y diversidades en la dirección de proyectos, sino también en la incorporación de la perspectiva de género en los asuntos y abordajes de los ejes temáticos propuestos. La primera línea del programa implica una inversión de $3.000.000 provenientes del presupuesto del gobierno provincial y en las próximas semanas se publicarán los resultados.

"Es necesario desarrollar una política de 360° que integré ámbitos de actuación con los ámbitos institucionales y organizacionales para  ampliar las oportunidad de crecimiento. Un crecimiento sostenido, un crecimiento inclusivo y sea también un crecimiento de liderazgo para las mujeres. Se debe estructurar incentivos para fortalecer la participación de las mujeres en distintas áreas del conocimiento científico, tecnológico y productivo a través de herramientas concretas que visibilicen, generen condiciones de inclusión, cooperen en la formación y brinden oportunidades para que las mujeres lleguen a espacios de liderazgo, consientes además que la cuestión de género en ciencias no es sólo un cupo, sino que tiene que ver con qué y cómo se investiga, cómo se genera el conocimiento", cerró Baima.

Por su parte Celia Arena desde la Secretaría de Estado de Igualdad y Género aseguró que "el programa lanzado recientemente tiene que ver con la convicción de que la ciencia y la tecnología deben tener perspectiva de género, que las mujeres y las diversidades sexuales deben ocupar espacios de creación, investigación y decisión en estos ámbitos”.

Constanza Estepa, participante del programa recientemente lanzado, Magister en Derechos Humanos e investigadora, plantea ciertos lineamientos ya presentes en convenciones, que no siempre encuentran su asidero en el plano de las prácticas. "La Declaración Universal de Derechos Humanos establece que toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en la DUDH sin distinción alguna de raza, sexo, idioma, religión o de cualquier otra índole. Partiendo de este principio de igualdad las políticas públicas deberían poder asegurar la realización práctica de ese principio algo que no siempre sucede", manifestó.

En este mismo sentido planteó que "además del acceso a diferentes ámbitos de desarrollo por parte de las mujeres, el acceso a un conocimiento no sexista, plural y diverso también es un derecho para todas las ciudadanas y ciudadanos. Producir conocimientos ampliando la visión de las políticas públicas a través de la incorporación de la categoría «género» se enmarcan en la Agenda 2030 sobre el Desarrollo Sostenible aprobada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 2015 y es en ese camino en el que debemos enmarcarnos".