El 8 de marzo lejos de ser un día de agasajos con flores a personas que se autoperciben mujeres fue planteado en todos los países como una jornada de huelga por los derechos de las mujeres y disidencias como personas generadoras de producción en igualdad de condiciones que sus compañeros laborales varones. En ese marco, y de cara a un nuevo paro que se plantea en todos los sectores públicos y privados, las mujeres que ocupan liderazgos en los sindicatos y gremios de la ciudad llevan las banderas de sus reclamos. En cada uno de sus ámbitos conocen cuáles son las necesidades, dificultades y desafíos de adquirir derechos. 

Del Instagram de rosarioplus

Las mujeres y disidencias de los sectores de la salud, la educación, así como estatales y de industrias privadas suelen ocupar mayoritariamente cargos del cuidado, reproduciendo aún la concepción de que "son tareas feminizadas", cuando no existe en realidad capacidades diferentes entre hombres y mujeres para realizar una soldadura en una metalúrgica, así como para atender a una persona enferma en un hospital.

Esto lo asegura la concejala y referente de la UOM Silvana Teisa, quien concretamente viene de la experiencia de soldadora, e indicó: “En el sector gremial y en el industrial falta entender que las mujeres somos capaces de representar a los trabajadores, y que estamos capacitadas y formadas para realizar cualquier tarea. En la industria hacemos tareas a la par que los compañeros varones”.

La referente de Sadop, Silvana Cadahia, coincidió: “La tarea educativa escolar es de cuidado, con la pandemia se puso en evidencia las tareas en casa, algo en la sociedad patriarcal se mostró como algo femenino. Es necesario politizar el asunto y superar la tensión femenino-masculino, porque no hay tareas exclusivas de varones ni de mujeres, con el desarrollo cultural que ya tenemos”.

Sucede que la propia Cadahia recordó el origen, y la escuela “fue formada con matriz feminizada como ama de casa del Estado al ser construida en el siglo XIX”. Es por eso que ve la función gremial docente como “una doble invisibilización, por estar en manos de las mujeres, y en las sindicalistas que debemos adecuar la estructura simbólica sindical de los obreros de fábrica varones, reacomodamos el camino de la construcción de la igualdad”.

De esta forma, “tenemos doble carga, con tareas del hogar, del sindicato y del trabajo”, coincidió desde Empleados del Estado (ATE Rosario) Lorena Almirón, quien destacó: “Necesitamos paritarias con perspectiva de género y atender a los cuidados, que las licencias sean igualitarias. Si bien nosotras precisamos más licencia porque gestamos y damos a luz, los varones también deben hacerse cargo de esas tareas del cuidado”.

Justamente en el sector laboral de empleados del Estado, aclaró que ganan un mismo salario lo mismo varones y mujeres, “no como en la brecha en sectores privados, donde encima de que las mujeres realizan estas tareas feminizadas del cuidado, ganan un 27 por ciento menos de sueldo”.

Y en sintonía, desde el sector salud en Siprus y en Fesprosa, Fernanda Boriotti aseguró: “Hacia afuera en se ve una igualdad de condiciones laborales, mismos sueldos, e incluso mujeres que ocupan cargos de liderazgo como ministras. La realidad hacia adentro es que nos siguen sobrecargando las tareas del cuidado. Seguimos siendo en gran parte de los casos las gerentas de las familias, y en los cargos laborales las que hacemos los cuidados de los pacientes. Los compañeros ayudan pero sigue sobre nuestra espalda, no tenemos ni siquiera en los espacios laborales dónde dejar a los hijos. Es necesario capacitar para aminorar la discriminación por cuestiones de género, porque seguimos escuchando “no las contratamos porque se embarazan”.

Almirón recordó haber sufrido discriminación por ser mujer. “Cuando comencé como delegada necesitábamos un vehículo para recorrer los sectores, porque dificultaba la tarea gremial ir en bicicleta o caminando o colectivo. Compañeros varones de la comisión nos dijeron ¿ustedes van a manejar? El auto gremial era para los varones, y con el tiempo pudimos tener el vehículo, y pudimos conducir el auto y hoy conducimos el sindicato”, remató empoderada con su característica pechera verde de ATE.

Delegados escolares y residentes de hospitales hostigados

En la salud pública rosarina, Boriotti destacó que “algo que está en boca de todos y hay que terminar es la violencia. Sigue existiendo la violencia de género, violencia hacia las distintas sexualidades”, y por eso imploró: “Es necesario que haya capacitación: Ley Micaela en todos los sectores laborales y ESI en las escuelas para cortar con la violencia y el acoso en el mundo del trabajo”.

Si bien en su rol de liderazgo siempre se sintió respetada, asegura que recibió “comentarios despectivos, actitudes machirulas y patriarcales en relación a mi persona siendo una mujer conduciendo un gremio nuevo en los comienzos. Si bien muchos hombres acompañan la lucha de las mujeres, tienen arraigados formas de gestión (como nosotras en algunos casos) que están enroladas en el modelos hegemónico hetero patriarcales”.

Recordó que el gremio ha tenido denuncias de violencia y acoso laboral, y si bien hubo capacitaciones pequeñas, “aún es necesario comprender que debemos cambiar formas de gestionar, que ser superiores no habilita a esos tratos, y no se dan cuenta que estos son actos de violencia”. De esta forma “en las residencias el de segundo año maltrata al de primero, el jefe al de más abajo”, y algo que ocurrió siempre pero ya se erradicó es el “manoseo: hemos avanzado mucho, ya no vemos el gesto cotidiano del manoseo, que antes se tocaba la palmadita en la cola a las compañeras mujeres y ya se erradicó afortunadamente, y casi no recibimos denuncias de abusos sexuales afortunadamente”.

Desde el gremio de los docentes en escuelas privadas de Rosario, Cadahia destacó que hay un acto de violencia que sufren las delegadas del sindicato en las escuelas, “que se ponen al hombro las discusiones con las patronales de las escuelas privadas, y son hostigadas por su carácter de gremialistas”. De esta forma, aseguró que “el reparo viene ligado a su estado civil o a la identidad sexual para acceder a determinados cargos; no acceden a funciones pedagógicas o de conducción de las escuelas, y ésto es sumamente violento”.

Recordó que “en la docencia privada no se accede a cargos por concurso o escalafonamiento interno sino por recomendación, con título y capacitación, sino lo que llamamos dedazo. Hemos llevado proyectos de ley a la Provincia para terminar las arbitrariedades con sus vidas privadas, y buscamos entonces condiciones igualitarias de acceso al trabajo. Nuestras patronales ejercen fuerte presión sobre los docentes en lo que es la educación sexual y la identidad de género.

Historia de las mujeres gremialistas

La referente de los estatales Lorena Almirón recordó que “en Rosario muchas mujeres tenemos roles de decisión en los sindicatos y eso es gracias a una lucha muy grande que llevamos hace muchos años”. Y en este sentido, recordó: “Impulsamos la ola feminista en la región y eso nos impulsó a muchas como yo a animarnos a dar ese salto que muchas veces tuvimos oportunidades y dejamos que los varones los ocupen, pensando quizás que no estábamos preparadas o por ocuparnos de los hijes si son menores y que no accedamos a esos cargos de liderazgo. Pero desde esta ciudad el movimiento de mujeres impacta en todo el país y logramos que las mujeres ocupemos esos cargos”.

De esta forma destacó sobre la huelga laboral: “Cuando las mujeres paramos se para el mundo, y se evidencia que no solo podemos realizar tareas de reproducción sino también de producción en fábricas, y no solo en cargos de limpieza, administrativa o de cuidado. Peleamos por que haya cada vez más mujeres en esos casos y podamos decidir en muchos temas”.

De la fábrica al Concejo

Entre las entrevistadas, la historia de la edila Silvana Teisa es la de una aguja en un pajar, ya que en la UOM ella es una de las seis referentes, en un total de más de mil. “Cuando ingresé yo hubo una sola mujer anterior solamente, pero fuimos de las primeras, y ahora son algunas mas pero seguimos siendo minoría”, precisó sobre su rubro metalúrgico.

En 2007 ingresó a trabajar en una fábrica de electrodomésticos, y en 2008 en Electrolux en un sector de soldaduras junto a compañeros varones. “Ingresé con otras mujeres, y siempre hicimos las mismas tareas que ellos. Mi compañero del sector me preguntó si quería ser delegada de los compañeros de la fábrica, porque vio que las mujeres somos más conciliadoras. Pero yo iba a ser madre y dije que no. A los dos años me volvieron a invitar y ahí empecé mi carrera gremial”, recordó.

Después de seis años el secretario del sindicato le propone formar parte de una lista electoral de candidatos a concejales, y en la lista del Frente de Todos estaba cuarta, e ingresaron tres. “Hoy a dos años, mi compañero de lista Eduardo Toniolli fue electo diputado nacional, entonces ingresé al Concejo para terminar los dos años del mandato que le faltaban”, concluyó. Y a pesar de que ahora comienza una nueva etapa de carrera como funcionaria municipal, Teisa recuerda su carrera en la fábrica como amena, ya que siempre se sintió respetada y acompañada por los compañeros hombres, “algo que sé que no es habitual en el sector”.

Desde los estatales de Rosario, Almirón precisó que luego de una asamblea de cientos de gremialistas de Argentina y Latinoamérica, se acordó en que la premisa que embanderan en la marcha por el Día Internacional de la Mujer es: “Huelga feminista por la vida que nos deben. Seamos realistas, pidamos lo imposible. Nuestro lugar es el sindicato”.