El femicidio de Melani Juárez conmueve al barrio Martín y a toda la ciudad. Sus familiares y amigos habían intentado comunicase con ella desde el domingo pasado, sin embargo la joven de 21 años no contestaba su teléfono ni publicaba contenido en sus redes sociales, como hacía habitualmente. Tras varios intentos fallidos, concurrieron junto con la policía a la pensión ubicada en 9 de julio al 600 donde la joven rentaba una habitación. Allí encontraron su cuerpo sin vida y con más de diez puñaladas. 

Melani era del barrio Fonavi de Casiano Casas, en calle Cavia al 2200. Estudió en la escuela primaria Carrasco de Agrelo al 1700 e hizo la secundaria en la escuela Urquiza, donde fue abanderada. Desde muy chica se apasionó con el baile y ya en la adolescencia soñaba con ser una modelo famosa. Contaba con perfiles en Tik tok e Instagram, donde era muy activa y tenía miles de seguidores.

Según trascendió, hace alrededor de un año abandonó sus estudios universitarios y se alejó de su familia alegando que iba en busca de un sueño: dedicarse a su carrera artística. Durante todo este tiempo se alojó en distintos lugares de la zona del macrocentro y subsistió económicamente trabajando en distintos rubros: atención al público, repartidora de Rappi y también en la venta de material erótico a través de la página OnlyFans.

Era la más chica de la familia de seis hermanos, según contaron durante su infancia y adolescencia padeció de bullying. En una de sus publicaciones la joven hizo mención a esta situación y escribió: “Soy aquella niña de la escuela la que no te gustaba me recuerdas”, donde expone algunas fotos de su niñez con una canción referida al tema.

Su hermana Noelia contó además que Melanie era una chica muy activa e inquieta que iba para todos lados, que cuando cursaba Ciencias Económicas viajaba en bicicleta desde su barrio hasta la facultad ubicada en la zona de 3 de febrero y Oroño.

“Hacia telas y gimnasia, salía a correr, siempre buscaba la manera de entretenerse, nunca desaparecía. Eso fue una de las cosas que nos sorprendió, ella solía estar en las redes sociales y durante algunos días dejó de publicar. Si hay que describirla era una chica súper alegre, a pesar de sus tristeza, porque nosotros de chicos fuimos muy sufridos. Sin embargo de la rebuscaba, salía adelante y sacaba fuerzas de donde no tenía, nunca se quedaba quieta”, relató su hermana a Rosarioplus.com.

Su hermano Agustín agregó que sus domicilios eran algo inestables y que se mudaba bastante. Su padre, Daniel admitió ante las cámaras de televisión que no sabía dónde vivía su hija y que esperaba que la joven regresara a su casa familiar.

También dijo en este último tiempo Melani trabajaba en un comercio dedicado a la venta de accesorios de celulares, pero que de ese trabajo la habían echado. En la habitación se encontró una caja al estilo mochila que suelen usar los cadetes de las aplicaciones por lo cual se presume que también prestaba servicios para este tipo de empresas de reparto a domicilio.

La pensión de calle 9 de Julio, su último domicilio y donde vivía hacía apenas unos meses, es un espacio abierto donde quienes están a cargo del lugar ni siquiera suelen pedirles documentación a sus residentes. La única condición para permanecer es pagando regularmente. Así lo reveló el hermano de la víctima ante los medios y apuntó directamente contra un hombre que la noche del crimen se mudó intempestivamente cuando hacia tan solo quince días había ocupado una pieza.

Según el informe que elaboró Policía Científica horas después, el cuerpo de la joven estaba en el suelo con la cabeza apoyada sobre el colchón de la cama. Además de la puerta cerrada con llave notaron que la única ventana de la pieza estaba en perfecto estado. Es decir, nadie forzó ninguna abertura. Otro dato relevante es que la habitación estaba con todas las luces apagadas pero con la televisión encendida con el volumen al máximo. En la habitación no había nada revuelto y sólo faltaba una cosa: el celular de la víctima.

De acuerdo al cálculo del médico que revisó el cadáver en el lugar, el asesinato de Melani se habría producido más de 36 horas antes del hallazgo, es decir en la madrugada del domingo. Algunos vecinos declararon ante la Justicia que hacía días que sentían un olor nauseabundo.

La investigación del caso está a cargo del fiscal Ademar Bianchini, que ordenó distintas medidas de prueba. La primera tiene que ver con identificar y ubicar al hombre que tomó sus cosas y se fue el domingo. Puntualmente, lo que declaró la dueña de la pensión fue que Melani era una persona tranquila y que nunca había tenido problemas con nadie. También refirió que el vecino que se fue, había llegado hace pocas semanas al lugar y había tenido problema con varios vecinos.