Lo que parecía una realidad terrorífica para varones –jóvenes y pobres, sobre todo– amplió su espectro en 2022. Las crónicas policiales comenzaron a incluir entre las víctimas a bebés, a niños y niñas, a adolescentes. Y a mujeres: embarazadas, madres primerizas, niñas, adolescentes. La mayoría de ellas, pobres, vulnerables y vulneradas. Una pregunta apareció cuando ellas se transformaron en una estadística que crece: ¿Qué rol juegan el género y la violencia de género acá? 

Los informes que se difundieron en la previa al Día Internacional de la No Violencia Contra la Mujer coincidieron en destacar los casos ocurridos en contexto de narcocriminalidad: mujeres asesinadas que pueden considerarse muertas por su condición de género, entendiendo todo el entramado económico y social patriarcal que las lleva a estar donde estaban al momento de su muerte. 

Las mujeres e infancias víctimas de la violencia armada y el desafío de una mirada de género

El Ministerio de Igualdad, Género y Diversidad presentó este jueves el informe preliminar de femicidios, transfemicidios y travesticidios en la provincia. Los datos van del 1 de enero al 18 de noviembre de este año y señalan, en un apartado, los casos ocurridos en contexto de narcocriminalidad. De estos, se registraron 18 casos, 17 ocurridos en el departamento Rosario, que pueden considerarse también femicidios. 

El informe difundido por la provincia indica que en estos crímenes existen elementos que permiten determinar que la muerte violenta de mujeres en estos contextos están relacionadas a su condición de género. Puede ser porque se las considera una mercancía o producto de venganza; puede ser por el escaso valor asignado a sus vidas hacia adentro de esas organizaciones; o como respuesta a su desviación en relación a lo que se espera que sea su comportamiento. Lo cierto es que se considera que no toda muerte de mujer en contexto de narcocriminalidad es un femicidio, como el hecho de quedar en la línea de fuego de una balacera. 

Según este informe, entre enero y mediados de noviembre de 2022, fueron asesinadas 44 mujeres en contexto de narcocriminalidad organizada. De ese total, 18 casos pueden considerarse femicidios y 26 como muertes en las que no se detectan elementos de violencia de género.

De los 18 femicidios en contexto de narcocriminalidad, 17 sucedieron en el departamento Rosario y uno en el Departamento General López. La mayoría de esas mujeres (15) fueron asesinadas con arma de fuego con múltiples disparos direccionados por desconocidos y 2 con la misma modalidad, pero por un sujeto conocido.  En más del 61 por ciento de los casos, el asesinato ocurrió por la noche. Y se registró que diez mujeres fueron asesinadas en sus viviendas. El 72 % de las mujeres eran jóvenes que tenían entre 15 a 30 años, siendo 8 de ellas menores de 20 años.

Una respuesta integral y multiagencial

Florencia Marinaro, ministra de Igualdad, Género y Diversidad, explicó a este medio que las muertes violentas de mujeres en contexto de narcocriminalidad comenzaron a medirse en 2019. La funcionaria aseguró que desde el Ministerio se observó que las mujeres estaban y están atravesadas por la violencia narco en el sur provincial, a la vez que diferenció que “no toda muerte violenta de mujer configura un femicidio”. 

“Sabemos que no es este ministerio el que tiene que dar una respuesta específica respecto de esta problemática y que solas no podríamos hacerlo, por eso se trabaja interministerialmente”, especificó Marinario.  La ministra mencionó los operativos multiagenciales que se vienen haciendo en el sur de la provincia y que incluyen a los ministerios de Desarrollo Social, Género, Gobierno y Seguridad, además del Ministerio Público de la Acusación y la Municipalidad. “Tenemos que llegar a los territorios donde hay mayor conflictividad social, mayores niveles de violencia o mayores tasas de homicidios e inyectar políticas públicas”, sostuvo. 

“Las violencias estructurales que devienen en femicidios atraviesan también a las mujeres que se acercan a las organizaciones criminales como una salida laboral, como también lo hacen los varones jóvenes en situación de vulnerabilidad económica. Entonces, si no terminamos con ese tejido social roto por la violencia, por la pobreza y por la desigualdad, este fenómeno sólo se va a discutir desde la seguridad o desde la justicia. No es esa la lectura que se da desde el gobierno”, subrayó. 

"El contexto económico lo complejiza todo"

Las estadísticas de la organización feminista Mumalá contabilizaron 45 muertes de mujeres vinculadas a las economías delictivas en Santa Fe. Para su referente local, Gabriela Sosa, este dato debe “ser un eje tomado por el movimiento feminista” y será la particularidad de este 25 de noviembre en la provincia. 

Tweet de Gaby Sosa

“La puerta de entrada a esta trama delictiva tiene que ver con una fuerte precariedad económica”, explicó Sosa este jueves en Sí98.9. “El contexto económico lo complejiza todo. Si ponemos la lupa en las víctimas de estos entramados delictivos, la mayoría, por no decir todas, son pobres. Por eso, este debe ser un eje tomado por el movimiento feminista. Necesitamos justicia por todas, incluso aquellas que merezcan una sanción por el delito cometido. Pero no podemos terminar descartadas, enterradas o recibiendo un balazo en la cabeza enfrente a nuestros hijos”. 

#PlusDeRadio - Gaby Sosa by Sí 989

La concejala Norma López difundió también este jueves los resultados del relevamiento encarado por el Observatorio de Violencias por Motivos de Género Mercedes Pagnutti. El informe destaca también los casos que ocurrieron en contexto de criminalidad organizada. Hubo 68 muertes violentas de mujeres en 2022 en la provincia, 55 de las cuales ocurrieron en el departamento Rosario. El rasgo: la mitad ocurrieron en un contexto criminal, no de violencia doméstica. En 55 casos se utilizaron armas de fuego para la ejecución de la víctima. 

Santa Fe, la de mayor tasa de femicidios del país, y en contexto narco